Félix Pita Rodríguez (escritor cubano), Manuel Chávez Lazo
“Chavico” (médico peruano),
Elsa Henríquez (hija de Helba (Huara) y Gonzalo
More Barrionuevo.
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Por fin he podido leer con calma y
paciencia el libro Fuego (1)
de Anaís Nïn. Aunque ya en mi libro El
cholo Vallejo, con una excelente carátula de Carlos “Chino” Domínguez (2),
escribí que Gonzalo More había sido inútilmente estropeado, maltratado y
agredido por Anís Nïn. Esta segunda lectura más detenida me ha permitido
constatar con más nitidez que Fuego,
está lleno de orgasmos, lascivia, erotismo, juegos sexuales, deseo de llegar al
éxtasis tantas veces se pueda, a la multiorgánica y sensualísima Anaís.
Personalmente, a mí no me gusta esa literatura, me adhiero más bien a una
literatura comprometida con la condición humana, con el deseo de reconstruir la
realidad que es tan cruel y dolorosa.
En esta vez he leído el texto para después,
tratar de reconstruir la biografía de Gonzalo More, para fijar mejor la imagen
de un artista y músico, de un peruano que colaboró con la lucha de España
Republicana contra el fascismo. Pero Anís no solo arremete y ridiculiza a
Gonzalo, sino que además se refiere despectivamente a Helba Huara. Sin embargo,
asombra la capacidad de Anaís, de engañar a Helba con Gonzalo y ser su amiga,
además visitarla frecuentemente.
Aunque es verdad que Helba Huara cayó
repentinamente enferma, después se supo que se trató de un estrés agudo a causa
de no poder actuar para mantenerse, Gonzalo trabajaba en diversos oficios pero
siempre conseguía dinero para dotarla a ella y a Elsa Henríquez (que no era hija
de Gonzalo), de lo necesario para vivir en una urbe siempre cara. De modo que
cuando dice Anaís que se trataba de una persona incapaz de realizar esfuerzos
para conseguir el sustento de su familia, no es verdad.
Según Ernesto More, que era el escritor más
autorizado para hablar de Gonzalo, decía que era una persona vital, romántica,
llena de vida, apasionada y dotada con un gran temperamento de artista. Aunque
en un principio se dedicó a la composición musical, luego se convirtió en un
excelente diseñador de escenarios y trajes. Tocaba piano y acompañaba a Helba
en sus presentaciones teatrales, se querían mucho a pesar de lo vivido y
sufrido.
Helba y Gonzalo deslumbraron al público
europeo que jamás había escuchado música andina y visto una danza extraña como
ritual ejecutada por Helba. Desirée Lieven al recordarla empieza diciendo:
“Un día de la primavera de 1930, un amigo
pintor americano irrumpió en mi atelier muy excitado:
-
¿Sabes quién está en París? La más fantástica, la más
prestigiosa danzarina de Suramérica, Helba Huara.
-
¿Así? – respondí- sin conmoverme, ese nombre no me dice
nada. ¿Qué es lo que representa ella? (3)
Y luego empezó una amistad siempre desigual
y llana de celos entre Desirée Lieven, Helba Huara, Anaís Nïn, Alejo
Carpentier, Félix Pita Rodríguez, Artaud, Gonzalo y naturalmente César Vallejo.
Más tarde llegarían Carlos y Ernesto a París, ambos regresaron después al Perú
casados con mujeres francesas, lamentablemente Carlos murió en un accidente en
una cuesta llamada Qakuña, en la
carretera entre Huancané y Viquechico. El corazón de Carlos fue enterrado en el
cementerio de Huancané habiendo sobrevivido Vicente Mendoza Díaz, quien contó
la forma como se produjo la volcadura de la camioneta en que viajaban.
Los viajeros que pasan por ese lugar leen
el texto escrito en una piedra de más o menos tres metros de altura por uno de
ancho: “Carlos More B. / 20 / I /1944. In memoriam”. Ese fue un recuerdo
fraterno que mandó a edificar Ernesto More. Desde entonces, han pasado sesenta
y ocho años años, todas las personas que conocieron en Puno, Lampa, Juliaca,
Huancané y Viqluechico tanto a Carlos como a su esposa, han muerto. Sin
embargo, hemos podido recuperar testimonios de lo que fue el Centro Textil de
Vilquechico, donde precisamente dirigía Carlos More una gran producción en
beneficio de los campesinos, trabajadores y artesanos.
Pero no nos dejemos ganar por la memoria
toda vez que la idea central del texto es referirnos a Fuego de Anaís Nïn: Durante la lectura no vale la pena ni es
posible contar los largos orgasmos de Anís, las veces que se refiere a la
fiebre, ardor y fuego que siente entre las piernas, a sus espasmos continuos
que siente en el clítoris y la vulva. Incansable, insaciable, devoradora,
ilimitada, absolutamente capaz de tener sexo en el mismo día o noche con
Gonzalo More, Henrry Miller y Otto Rank.
La prosa limpia y sin duda conquistada a
base de un ejercicio de muchos años, le permite sentir un gran placer a Anaís
precisamente al hablar de sexo y describir sus orgasmos. Pero además de
mentiras, cuernos, halagos y el deseo de ser permanentemente poseída, penetrada,
miente. Dice que ama a todos en su momento, cuando lo que viene a ser es una maravillosa
acróbata del sexo, una artista capaz de hacerle creer a cualquier hombre que lo
adora como a nadie. Llegó a tener tal dominio de las escenas llenas de sexo,
que debe ser cierto cuando dice que Gonzalo se convertía en un tigre sexual,
las descripciones de la vida amorosa con él, como a cualquier hombre de hecho le
provoca hacerle el amor.
¿Cómo era físicamente Anaís? Ernesto More
decía que era de talla regular, de rostro sensual, aroma tropical, mirada dulce
y traviesa, bien proporcionada para su talla, cadera un tanto ancha, cabellos
negros, voz francamente dulce y con timbre delicado. De modo que su físico
llamaba la atención donde estuviera. De padre cubano, dotada de una
extraordinaria sensualidad, a cualquier hombre lo volvía loco a base de besos y
sexo permanente. Además, adquirió un dominio de sus amantes porque estudió
sicoanálisis y ese hecho, le sirvió mucho para llevar varias vidas paralelas.
Sobre todo desarrollar la habilidad de
contentar a todos sus amantes tanto permanentes como ocasionales, de tenerlos contentos
sexualmente y satisfechos, también de mantenerlos presos como distantes a todos,
para que ninguno se sintiera dueño de ella, ese hecho sin duda es una gran
habilidad, demuestra un talento innato. En medio de una lectura a veces
francamente aburrida de un Diario que huele a puro sexo, orgasmos
continuos y falsedades, es innegable que Anaís, por su naturaleza y sicología, no
podía tener una permanente vida de amor y sexo con un solo hombre.
En el libro en mención hay errores en lo
referente a Gonzalo More, en primer término dice Moré (con tilde), “nacido en
la provincia de Punto, a orillas del lago Titicaca”, debía decir Puno.
“Descendiente de españoles, escoceses e incas”.
¿Incas? Ni hablar. Gonzalo More Barrionuevo, no tenía sangre incaica, su
madre descendiente de antiguas familias lampeñas (Puno), no pertenecía como sí
por ejemplo los Chuquihuanca de Azángaro, a la nobleza incaica. “Generalmente
pobre y dado al alcohol” (4), tampoco es cierto, aunque Anaís varias
lo retrata como si se tratara de una persona que abusaba de las bebidas
espirituosas.
¿Por qué Anaís tenía que escribir en su Diario lo que no era cierto? Que una
persona como Rupert Pole, albacea, legado de Anaís Nïn, en Los Ángeles, en
enero de 1995 (5) autorizara se escriba
estupideces, no tiene sentido, es indignante como imperdonable, porque ese
juicio resulta sin duda de la lectura del Diario.
Anaís no cuenta de la entrega total de Gonzalo a una causa justa por la que
dejó todo: defender a España Republicana del Fascismo, de la agresión a la
población y ataques a las ciudades indefensas. En otras palabras, Gonzalo frente
a la Guerra Civil
Española, se situó en la vanguardia y colaboró estrechamente con Henry Barbusse.
Anaís no se interesaba por la política, en
cambio Gonzalo, sí. Aunque a Anaís se acercó en un determinado a quienes se
comprometieron en la lucha, hay un pasaje que vale la pena leer:
“Voy a verme con Gonzalo en el Nanankepichu
(6),
donde va a celebrar la primera reunión política. Comité Iberoamericano por la Defensa de
la República Española.
La gran sala está iluminada por una sola lámpara. Llegan los hombres –
mexicanos de largos cabellos negros, anillos de oro, camisas chillonas;
chilenos, nicaragüenses, cubanos blancos, poetas, estudiantes de medicina
y derecho -. Les gusta el sitio. Es romántico, estremecedor. Demasiado estremecedor.
Asusta a los que no tienen los papeles
en orden. Los policías que siempre vigilan en la escala que conduce al muelle asustan
a (Pablo) Neruda, el poeta débil y enfermizo. Vuelve corriendo hasta donde está
Gonzalo, que espera a otros camaradas en los andenes de la estación de Orsay.
Gonzalo siente una sacudida: ‘Dios mío, Anaís va a tener problemas. Le he
metido en un lío’. Viene corriendo y nos encuentra a todos fumando
tranquilamente. Me han presentado: ‘Una nueva camarada Anaís Nïn’. Tenemos que
salir del Nanankepuchu. Todos están
asustados. Gonzalo queda aparte, es físicamente mayor y de una calidad
completamente diferente”. (7)
Fuego comprende cronológicamente a los
años 1934-1937. Si se tiene en cuenta que la Guerra Civil Española duró
entre 1931 a
1939, los Diarios de Anaís solo
registran acciones que lee en los diarios, pero no hay una reflexión acerca del
dama humano que conmovió al mundo. No hay referencias a los brigadistas, a los
voluntarios franceses que entregaron la vida por defender a España de las
garras de la muerte a base de bombardeos a pueblos indefensos. ¿Es mucho
pedirle a una mujer que se vanagloria de ser multiorgásmica y tener tres
amantes al hilo?
Gonzalo
More conocía la vida sexual de Anaís pero no podía exigir nada porque sabía que
era como ella dice: “libre, dependiente de mi sexualidad”. Henrry Miller se
hacía el loco, sentía celos infinitos y reclamaba lo que le correspondía, pero
Anaís lo callaba en la cama. El caso de Otto Rank si que es una desgracia,
introdujo a Anaís en el socianálisis y
nunca la sicoanalizó siendo su mujer oficial. Más bien le hacía obsequios caros
y constantes, nunca le hizo faltar dinero. ¿Anaís amaba a Otto Rank? Es una
respuesta bien difícil de suscribir.
¿Los Diarios
de Anaís podrían servir para hacer una biografía de Gonzalo More? No, de ninguna
manera. ¿Cómo queda Gonzalo después que se termina de leer este texto? Sin duda
desencantado de un puneño amigo de Vallejo, de un artista comprometido con la
vida. Por eso, es posible pensar que Anaís nunca quiso de verdad a nadie, más
bien odió con amor y amargura a todos sus amantes. Jamás amó con limpidez y
afecto sincero a ninguno de sus amantes, porque finalmente a todos los destruye,
atribuyéndoles más defectos que virtudes en sus Diarios. Por supuesto, nadie es
perfecto, menos en un mundo en el que los valores de fidelidad,
honestidad y dignidad, no existen.
Sin embargo, si no habría reglas de respeto
mutuo en una pareja, de reciprocidad y saber considerar y hacerse respetar,
todo sería un caos. ¿Puede una adolescente leer los Diarios de Anaís? No es nada aconsejable. No se trata de llegar a
la censura ni alarmarse, menos ponerse moralista cuando “sacar la vuelta” es
normal. Mucha gente pregunta: “¿En qué se parecen los cuernos al dolor de
muelas?” La respuesta es: “En un principio duelen pero después la persona se
acostumbra”. Además: “Son invisibles, movibles y descartables”
Pero, ¿quién no quisiera tener una amante ideal,
única, ardorosa, sensualísima, perfumada, limpia, exigente, dulce, morocha,
culta, escritora, tierna, conversadora, estrecha, abusadora, con dinero, tragadora
y pida cada vez más kilómetros como Anaís Nïn? Por supuesto, es un sueño que
muy pocas veces algún hombre, dependiendo de la edad, clase social y dinero, puede
alcanzar. Quizá por eso es que volvía locos a los hombres que la penetraban
durante varias horas, muchas veces. Esa es también la razón por la cual sus
libros son tan leídos por un público que consume la literatura erótica.
(21/11/2012).
1.
Anaís Nïn. Fuego.
Editorial Siruela / Bolsillo. 1996. Madrid.
2.
José Luis Ayala. El
Cholo Vallejo. Ediciones FIMART. 1994. Lima.
3.
Kyra
Saven. Ma vie m’a beaucoup plu. Témoignage recuielli par Sabine Harguos.
DENOËL. 1984. París.
4.
Anaís Nïn. Fuego.
Página 191. (Aunque la nota biográfica corresponde a Gunther Stulhmann).
Editorial Siruela / Bolsillo. 1996. Madrid.
5. Anaís Nïn. Fuego. Página 11. (Aunque la nota
biográfica corresponde también a Gunther Stulhmann). Editorial Siruela /
Bolsillo. 1996. Madrid.
6. Nanankepichu:
Expresión quechua que significa mi atado, mi pertenencia intransferible. Gonzalo
More le puso ese nombre a la barcachuela que alquilaron con Anaís para huir de
todos y estar absolutamente solos. En el río Sena hasta ahora es posible
alquilar esas embarcaciones para vivir por temporadas.
7. Anaís Nïn. Fuego. Página 289. Editorial Siruela /
Bolsillo. 1996. Madrid.
Qué texto más idiota. ¡Puritano imbecil!
ResponderEliminarNo estoy de acuerdo con usted en su ataque inmisericorde contra Anaïs... Evidentemente no es posible extraer una biografía de Gonzalo únicamente de la lectura de los diarios de Anaïs (no se debe escribir historia basándose en una única fuente), sin embargo, creo que le hizo falta leer la versión de Bruguera Libro Amigo de la misma época. La edición "Fuego" de Siruela (en la que usted se basa para su despiadada crítica) es muy intimista, corresponde a todo lo que fue censurado en vida de los protagonistas; mientras que la de Bruguera se enfoca casi exclusivamente en la actividad externa y, por supuesto, deja mejor parado a Gonzalo.
EliminarNo es cierto que Anaïs haya sido "la mujer oficial" de Otto Rank, ella viajó con él a E.E.U.U. en calidad de su asistente y aprendiz de Psicoanálisis, no socianálisis (palabra que no existe).
Con quien sí estoy de acuerdo en con el comentarista "Un cronopio", usted es un puritano (aunque no me atrevo a llamarlo imbécil)... ¿por qué no permitir la lectura de los Diarios de Nin a una adolescente? ¡Jajajajajajajaja!
No estoy de acuerdo con usted en su ataque inmisericorde contra Anaïs... Evidentemente no es posible extraer una biografía de Gonzalo únicamente de la lectura de los diarios de Anaïs (no se debe escribir historia basándose en una única fuente), sin embargo, creo que le hizo falta leer la versión de Bruguera Libro Amigo de la misma época. La edición "Fuego" de Siruela (en la que usted se basa para su despiadada crítica) es muy intimista, corresponde a todo lo que fue censurado en vida de los protagonistas; mientras que la de Bruguera se enfoca casi exclusivamente en la actividad externa y, por supuesto, deja mejor parado a Gonzalo.
EliminarNo es cierto que Anaïs haya sido "la mujer oficial" de Otto Rank, ella viajó con él a E.E.U.U. en calidad de su asistente y aprendiz de Psicoanálisis, no socianálisis (palabra que no existe).
Con quien sí estoy de acuerdo en con el comentarista "Un cronopio", usted es un puritano (aunque no me atrevo a llamarlo imbécil)... ¿por qué no permitir la lectura de los Diarios de Nin a una adolescente? ¡Jajajajajajajaja!