El aymara es un idioma
hablado con diferentes variantes dialectales, pertenece a la familia lingüística del mismo nombre. Se habla en Perú, Bolivia, Chile y Argentina. En Perú es un idioma cooficial junto
con el español. Pero no es una novedad decir que se
encuentra en “situación de riesgo cultural”. También hay una lengua de la
familia aymara que todavía sobrevive, se
llama kawki o jaqaru con sus respectivas variedades dialectales, se habla en Tupe y en Cachuy, distritos de la provincia
de Yauyos (Lima).
Son idiomas hablados por casi 800 personas.
El aymara se originó en los Andes centrales
de la serranía central del Perú y se extendió en los pueblos de la cultura Wari,
pero en pleno intermedio tardío fue desplazado por el quechua desde el lugar de
sus orígenes hasta el Cusco. Aunque se hablaba en Arequipa hasta el lago Poopó
(Bolivia), cuando se produjo la invasión española al continente americano y
Perú. Fue el jesuita italiano Ludovico Bertonio 1 que en 1612, realizo el primer registro
y transcripción fonética usando la gramática italiana. En 1963 Ellen Rosses produjo
el primer trabajo científico lingüístico, luego Marta Hardman 2
en 1960 alcanzó a ejecutar
una gran contribución a través de los estudios en la Escuela de La Florida. Sería injusto dejar de nombrar a Juan de Dios
Yapita, 3
quien diseñó el Alfabeto Fonémico Universal.
En el virreinato, los cronistas Pedro Cieza
de León y Pedro Pizarro, llamaron a los idiomas que desconocían: Lengua del Collao, también lengua de los collas. Pero fue el
corregidor del Cusco, Juan Polo de Ondegardo 4 que en su crónica: De los errores y
supersticiones de los indios, en
1559 llamó habla aimaraica al idioma que hablaban los habitantes del
Collao. Las publicaciones del III Concilio Limense (1584-85) incluyeron por
primera la palabra aymara. Fue así como se
empezó a hablar de esa manera y, con la publicación del Vocabulario de la lengua aymara de Bertonio, quedó consagrado el
vocablo. En
1616 apareció Gramática y vocabulario,
compuesto por Diego de Torres Rubio.
Durante los primeros años de la República y
hasta inicios del siglo XX, no hubo en el Perú interés para estudiar el aymara.
Pero en los años 20 del siglo pasado, apareció una corriente ideológica muy marcada, fue una época en que el aymara y el quechua,
se convirtieron en el centro de los conceptos: peruanidad, identidad, derecho, educación,
etc. También fueron años signados por la violencia social y exigencia para que
el Estado creara escuelas rurales. Muchos maestros idealistas creyeron que la
educación podía “redimir al indio”, por tanto había que impulsar un sistema
educativo bilingüe, para romper el aislamiento y segregación social de tantos
siglos.
La crítica blancoide limeño centrista, llamó equívocamente indigenismo a
toda obra artística y literaria que se ocupara del Perú esencialmente andino. También
en esa época se dieron los esfuerzos por sistematizar el aymara, pero las
ciencias sociales y especialmente la lingüística, no se habían desarrollado. Un hecho al que muy poca atención se ha dado fue
la propuesta de Francisco Chuquihuanca Ayulo. 5 Se trata de la Ortografía indoemericana, texto publicado en el Boletín Titikaka en diciembre de 1927. 6
Artículo francamente revolucionario para
la época. Se trata de una propuesta ortográfica para sistematizar la escritura
del quechua y el aymara. El contenido es el siguiente:
1.- qada letra no rrepresenta mas qe un
sonido elemental imbaryable qalqyera que sea la qombinasyon qe forme
2.- qada silaba no tiene mas de una
boqal- las silabas de una palabra se quentan por el numero de sus bocales
3.- qada palabra se escribe qomo se
pronuncia
EDYTORYAL TITIKAKA – syendo la K una letra ejsotica en el qastellano los
idyomas keshwa o inqa i aymara la an apdoptado para rrepresentar un sonido
gutural elemental propyo arto frequente en sus palabras
pronunsyada la palabra keshwa TITIKAKA qorrejtamente bertida al qastellano
sijnifica RROQA DE PLOMO ¡qe ejspresibo
nombre para una editoryal! Parodyando podría desirse qe la PRENSA (se entyende
la prensa libre) es la rroqa de plomo sobre
la qe el ombre edifiqa i perpetua su progreso
i lwego si por asosyasyon de ideas rreqordamos la ermosa leyenda de
MANQO KAHPAJJ i MAMA OJJLO la apoteosis
de la pareja indya de la pareja umana salyendo de las prístinas awas del
titkaka en dinina misyoen sibilisadora de la primitiva MADRE AMERIQA es indudable
qe ese nombre es aun mas comprensibo
bien pwues –la editoryal titikaka bajo la direjsyon de jobenes de
ideales ampliamente umanos qe son los mas grandes ideales de la epoqa i quyo BOLETIN es una ebelasyon viene a
rrealisar una funsyon necesaria para la sibilisasyon de los kollas-keswas i
aymaras de la rrejyon – desde su desanalfabetisasyon qon la qartilla asta su
qultura propia con el peryodiqo i el libro propyos
Gamaliel Churata saludó este hecho con entusiasmo.
Vino a ser un acto de
rebeldía contra la imposición de la gramática y ortografía del español en la
escritura del quechua y aymara. Chuquihuanca hizo notar que había necesidad de
crear grafías propias. Hasta que efectivamente se optó por el sistema denominado Alfabeto fonémico universal.
En 1956 apareció El pez de oro en la Editorial Canata en La Paz (Bolivia), cuyo
autor es Gamaliel Churata. Este libro convirtió a Churata (seudónimo de Arturo
Peralta Miranda), en uno de los más importantes escritores de América Latina, aunque
no haya sido entendido en su época. Hasta que la edición crítica del 2011, hizo
posible que su contenido y significación fuera finalmente descifrado. La
publicación de Resurrección de los
muertos (2010), abrió la ruta para que Churata ocupara el lugar que le
corresponde, debido a que es un escritor que expresa el universo andino desde
la cosmopercepción y la runasofía y jaqisofía. 7
En ningún escritor como en Churata, es
posible constatar características que enriquecen la literatura peruana, por
ejemplo: creación de una escritura híbrida, uso de la diglosia,
castellanización del aymara como aymarización del español, asimilación de los
mecanismos de la vanguardia literaria del siglo XX, entre otras conquistas.
Asistimos ahora a un cambio de actitud de parte del Estado, hay cursos de
lingüística aymara en algunas universidades, docentes especializados, ediciones
de libros y eventos que permiten evaluar lo que hasta aquí se ha hecho.
En lo que se refiere al idioma español y
al aymara hablado, no es una novedad
decir que siendo el español una lengua dominante, el aymara ha optado
por una actitud de asimilación cultural, tomando muchas palabras en calidad de
préstamo y por eso, el español andino de Puno, es distinto por ejemplo al español
del Cusco por la presencia del quechua. Aunque es evidente el conflicto entre
lenguas dominantes y dominadas no solo en el Perú, los últimos movimientos
sociales e ideológicos han reivindicado el término Nación Aymara, además es
evidente un fuerte sentido de identidad étnica entre aymaras de Perú, Bolivia,
Chile y Argentina.
Entonces, como ser humano y escritor, soy
consciente que vengo a ser el producto de dos culturas en conflicto y diálogo
desigual. Mi niñez transcurrió en Huancané, en haciendas donde mi padre
trabajaba como administrador y en Tumuku,
pequeña propiedad rural de mi abuelo paterno. Mis compañeros de primaria
fueron niños aymaras y mestizos, de modo que podíamos hablar español y aymara,
mejor dicho aymarañol, esa formidable mezcla de idiomas que le dan a la cultura
y a la literatura una gran vitalidad y riqueza lingüística. Cuando llegué a la
secundaria leí a Gamaliel Churata y Arguedas, así supe que escribía en quechua.
Entonces me pregunté: “Si Arguedas escribe en quechua, ¿por qué yo no puedo
escribir en aymara? Arguedas no ha sufrido nada, muchos más he sufrido yo”.
Busqué diccionarios y empecé a escribir en aymara de modo anárquico. Hasta que
asistí a un curso de lingüística aymara, teniendo como profesora a Marta
Hardman. Pero antes publiqué varios libros de poesía en aymara-español,
Los trabajos de Lucy Brick, Alfredo Torero
y Rodolfo Cerrón Palomino, han permitido tener una mejor visión del pasado y
evolución del aymara. Pero han sido las ciencias sociales y en especial la
lingüística, que han conseguido establecer criterios para la escritura, por lo
que es posible afirmar que el aymara tiene sus propias características
lingüísticas. 8
Por esa razón he
optado por editar una antología de cuanto escribí en aymara, he procedido a revisar,
refonetizar y refonemizar mis poemas.
Cuando escribo en aymara aparece la
estructura básica del español que es así: sujeto-verbo-complemento. En cambio en aymara se escribe: sujeto-complemento-verbo. Igual sucede cuando escribo prosa, tengo
que imprimir el texto para corregir y establecer la expresión lógica y correcta,
de lo contrario no es posible entender lo que escribo. A veces escribo
obedeciendo al subconsciente, dejo que la escritura me lleve por cauces que
desconozco, al final me doy cuenta que debo traducir a veces gran parte del
poema, ya sea al español o al aymara.
Escribo en aymara porque es una necesidad biológica y cultural, hablo
español andino peruano, porque así lo exige la cultura oficial y dominante.
Pero no soy un escritor híbrido, soy más bien un aymara mestizo, me siento un
cholo urbano, un intelectual que mira al Perú desde arriba. Me adscribo al
proceso de descolonización de la idea
dominante. El español es plástico pero el aymara es mágico, el español resulta
espléndido en cambio el aymara es sufijante. El español es extenso y el aymara
es aglutinante, el español tiene cinco vocales pero el aymara solo tres para
comunicar más con menos palabras. La dialéctica aymara difiere de la dialéctica
griega y occidental en que el tiempo es sideral, todo está en movimiento y todo
se renueva. La cosmopercepción aymara se
ocupa de situar al ser humano, como el centro del universo y el tiempo cósmico
no empieza ni termina jamás.
A pesar de haber vivido en París y en Lima muchos años, soy un aymara
que no ha renunciado a su identidad, menos a una conducta de escritor sin
prejuicios ni complejos culturales. Pero el español andino se ha enriquecido en
muchos siglos, somos lo que hablamos y cómo hablamos, somos lo que escribimos,
lo que decimos y la forma cómo nos comunicamos. Por todo lo dicho entonces, no
hay una solo literatura en el Perú, hay muchas literaturas que se escriben en
diferentes idiomas. Hay literatura aymara, quechua, jaqaru, además de las 47
lenguas de la Amazonía Peruana. Habrá entonces que rescribir la historia de la
Literatura Peruana y solo así se podrá apreciar, el valor y riqueza que tienen
muchas lenguas que no deben desaparecer.
1.-
Ludovico Bertonio. Jesuita doctrinero,
colonialista, lingüista, traductor y lexicógrafo italiano, nació en Rocca
Contrada (hoy Arcevia, Provincia de Ancona, Italia),
en 1557 y murió el 3
de agosto de 1625 en Lima.
Estudió el aymara en los primeros años de su residencia en Chucuito. Ingresó a
la Compañía de Jesús en
1574 y vino al Perú en 1578, habiendo llegado al Callao en 1581. En marzo de 1582 se ordenó
sacerdote y vivió en Lima. En 1585 fue destinado a Juli, desde donde los jesuitas se propusieron imponer el
proceso de colonización mental y religioso. Fue confesor y lector de
humanidades. En 1593 fue incorporado a
la orden y así tuvo un contacto directo y cercano con los habitantes aymaras,
aprendiendo la lengua. Luego se dedicó escribir un amplio vocabulario aymara
como también una gramática aymara que fue publicada en 1603. Anciano, se retiró
de Juli a Arequipa y luego a Lima donde falleció en 1625. La gramática de
Bertonio se publicó como Arte
y Grammatica muy copiosa de la Lengua Aymara. Otra versión abreviada fue
publicada al mismo tiempo: Arte Breve de la Lengua Aymara para Introducción
del Arte Grande de la misma Lengua. En 1612, incluyó una versión corregida
y reducida titulada Arte de la
Lengua Aymara. Con una Silva de Phrases de la misma lengua y declaracion en
Romance, compuesta de dos partes distintas. La primera es la gramática, la
segunda es un compendio de frases en Aymara, elaboradas por los mismos
hablantes.
2.- Juan Polo de Ondegardo, llegó al Perú en la flota que transportó al virrey Blasco
Núñez Vela en 1543, comisionado por Hernando Pizarro para que velara sus intereses, pero fue ganado por intereses de Real
Audiencia de Lima en el conflicto que tuvo con el virrey.
Luego se plegó al bando del rebelde Gonzalo Pizarro. Preso el Cuscozco por Francisco
de Carvajal en 1546,
fue llevado a Lima de
donde escapó. Se presentó en Trujillo ante La Gasca e
intervino en la batalla de Jaquijahuana,
el 9 de abril de 1548.
Fue enviado a Charcas para reprimir a quienes se rebelaron
contra los abusos de los españoles, llegando a Tucumán y La Plata. Fue nombrado corregidor del Cusco entre 1558 a 1561, firmó su
testamento el 18 de marzo de 1575 en Potosí. Entre sus crónicas: Tratado y averiguación sobre los errores
y supersticiones de los indios (1559).
Informe del Licenciado Polo de Ondegardo al Licenciado Briviesca de
Muñatorres sobre la perpetuidad de las encomiendas en el Perú (1561).
La relación de los adoratorios de los indios en los cuatro ceques. (1561).
Instrucción sobre las
ceremonias y ritos que usan los indios conforme al tiempo de su gentilidad (1567). Relación de los
fundamentos acerca del notable daño que resulta de no guardar a los indios sus
fueros (1571).
3.- Marta
Hardman. Lingüista norteamericana que en la llamada Escuela de Florida, ha
realizado un importante trabajo referido al jaqaru, kawki y al aymara.
4.- Juan
de Dios Yapita. Lingüista boliviano, nació en la comunidad campesina de Qalamaya, provincia de Omasuyu (La Paz) en 1931. Aymara hablante,
especialista en la lingüística aplicada. Ingresó en 1968 al Departamento de
Idiomas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y enseñó aymara. En 1979, participó en la
creación de la cátedra de Lingüística e Idiomas con mención lenguas nativas
aymara, Humanidades y Ciencias de la
Educación hasta 1988. En 1972, fundó el Instituto de Lengua y Cultura Aymara
ILCA para realizar cursos de aymara. Difundió el aymara en radio, televisión y
prensa escrita. Participó con Marta
Hardman en el Programa de Preparación de los Materiales de Enseñanza de Aymara
en la Universidad de Florida, y es co-autor del Aymara: compendio de estructura fonológica y gramatical (1988), con
Martha Hardman y Juana Vásquez. Enseñó lingüística aplicada y gramática aymara en
la licenciatura y postgrado en Bolivia, Chile y Perú, Estados Unidos,
Inglaterra y Escocia. Ha recibido varios premios por sus investigaciones y difusión (Wenner Gren, Leverhulme Trust, la
Fundación Interamericana de los EE.UU., etc.). Ha publicado textos de enseñanza de aymara y castellano en
DVD interactivos, y materiales de enseñanza del aymara en el Internet (en el
Proyecto materiales de Enseñanza de Aymara de la Universidad de Florida
(Gainesville
5.- Francisco
Chuquihuanca Ayulo. Nació en Pucará (Lampa), el 24 de julio de 1877. Descendiente de uno de los más importantes
gobernantes del Tahuantinsuyo, el inca Huayna Capac, a su vez pariente de José
Domingo Choquehuanca, quien saldó al Libertador Simón Bolívar al pie del peñón
de Pucará. Estudio primaria en la Escuela Elemental de Lampa y en el Colegio
Mercantil de Arequipa, secundaria en el glorioso Colegio San Carlos de Puno y
superior en la Universidad San Agustín de Arequipa
6.- ORTOGRAFÍA
INDOAMERICANA de Francisco Chuquihuanca
Ayulo, texto publicado en el Boletín
Titikaka, correspondiente a diciembre de 1927.
7.- Runasofía
y jaqisofía. Ambas palabras provienen
de préstamos del español, tiene dos componentes Runa en quechua significa ser
humano. Jaqi en aymara que significa también
ser humano, persona. Sofía del griego que significa amigo de la sabiduría.
8.- Características
lingüísticas del aymara: 1.- Es gutural debido a que posee cuatro
sonidos posvelares (q, qh, q’, x), recursos que no hay en español. 2.- Sufijante, cuando varios elementos con
significado se unen para formar una sola palabra. Por ejemplo: warmijampikuska: juntamente con mi
mujer.
3.- Aglutinante,
debido a que varios elementos con significado se van juntando para formar una
sola palabra. Por ejemplo: tantasipxaniñaniwa:
vamos a reunirnos todos, pero cuyo contenido semántico dice mucho más. Una sola
palabra en aymara puede significar más que en español. 4.- Trivocálico. El
quechua y el aymara fonológicamente tienen solo tres vocales cardinales: a, i,
u, pero fonéticamente más de diez, dependiendo si se pueden pronunciar más
cerradas o abiertas debido a las consonantes vecinas. Sin embargo, el
significado no cambia careciendo de valor fonológico. En la pronunciación es
más notorio cuando las vocales cerradas como i – u se anteponen o posponen a
las consonantes posvelares. Estas son pronunciadas de modo más abierto y de
modo condicional. 5.- Tiene consonantes oclusivas, aspiradas
y glotizadas. Las aspiradas se refieren
a la aspiración del aire en la pronunciación, mientras que la glotilización
consiste en cerrar el paso del aire en forma momentánea en la calidad bucal. 6.-
El acento aymara es prosódico y fijo en la penúltima vocal de la palabra,
resultando así que las palabras son generalmente llanas o paraxítonas. 7.- Es
polisémico debido a que una palabra puede tener varios significados. Las
metáforas y la construcción de la ficción son maravillosas, acorde a la cultura
y cosmopercepción aymara. 8.- Los verbos “tener, ser y estar”, se
expresan mediante sufijos aymaras y de ninguna manera valen de modo
independiente. 9.- La estructura
básica de la oración se escribe así: Sujeto-complemento-verbo.
En cambio en español: Sujeto-verbo-complemento.10.-
Las oraciones pueden estar marcadas solo por sufijos oracionales, aunque no
esté presente el verbo. 11.- Los artículos determinados, como las preposiciones
y conjunciones, resultan elementos aparte como en el español, pero se expresan
por medio de morfemas o sufijo que se adiciona a las palabras.
Wali askiwa ..aymar aristas killq'aña
ResponderEliminar