La
edición del libro: “Esos días de junio de Arequipa”, cuyo autor
es Jorge Rendón Vásquez, es un extraordinario relato-testimonio,
acerca de la llamada Revolución de Arequipa de 1955. Por esos
inexplicables azares de la historia, coincide con la gran
movilización de jóvenes que fueron capaces de obtener la
derogatoria de la ley juvenil de trabajo esclavista-laboral, llamada
“Ley Pulpín”. En ambos acontecimientos históricos, fueron los
jóvenes estudiantes que reclamaron sus derechos ciudadanos. Los
alumnos del Colegio Nacional Independencia Americana de Arequipa,
iniciaron una protesta justa y luego acordaron hacer una huelga
contra las arbitrariedades del director del colegio. Enseguida se
convirtió en una acción de estudiantes universitarios y, debido a
la represión del entonces prefecto coronel Daniel Meza Cuadra, de
tan nefasta recordación, en una protesta de masas trabajadoras y
participación heroica del pueblo arequipeño, contra una de las
dictaduras más crueles y sangrientas del Perú en el siglo XX.
Sesenta
años después de la ejemplar acción cívica y revolucionaria de los
jóvenes arequipeños, que marcaron el comienzo y el fin del horrendo
régimen del general Manuel A. Odría, los jóvenes estudiantes se
movilizaron en Lima, para dar comienzo a una nueva etapa de la
historia de las luchas sociales del siglo XXI. Ese hecho no solo
marca el inicio de sucesivas batallas contra el sistema político
colonial, sino que además expresa el hartazgo social del pueblo
peruano, el desencanto cruel y asfixia de la colectividad frente al
prepotente sistema económico neoliberal. No hay necesidad de ser
adivino o un intelectual zahorí para percibir la dura realidad
social. A partir de ahora ya nada será igual que antes.
Conocí
a Jorge Rendón Vásquez hacia 1974, cuando trabajaba en el Tribunal
Agrario con el padre, creador y presidente de esa institución, el
Dr. Guillermo Figallo Adrianzén (progenitor del actual ministro de
justicia Dr. Daniel Figallo). Jorge Vásquez Rendón, no solo era un
abogado respetado, culto y versado como pocos en materia de Derecho
Agrario, sino que además sus intervenciones concitaban especial
atención y análisis de los magistrados Guillermo Figallo y
Guillermo García Montúfar. Hasta ahora no hay un libro acerca de la
fecunda labor de Guillermo Figallo Adrianzén, en parte autor
intelectual de Ley de Reforma Agraria del régimen del general
reformista Juan Velasco Alvarado.
Jorge
Rendón Vásquez, una vez retirado de la docencia universitaria y
permanente lucha sindical como política, decidió hacerle caso a su
inalterable voz interior, vocación y convicción de escritor
comprometido. Publicó tres libros: Calle
nueva, El botín de la Buena Muerte y
El
oro de Atahualpa, que
fueron bien recibidos por la crítica literaria, debido a la
cautivante calidad del lenguaje, estilo literario limpio, lúcido
como adecuado. Los temas literarios son tratados desde una distinta
perspectiva histórica, ejercicio narrativo que expresa su talento
nato y visión zahorí de la realidad. Por lo que rápidamente se
consagró como un nuevo narrador peruano. En cada libro apareció una
experiencia creadora distinta y enriquecedora a la vez.
El
esquema técnico escogido para desarrollar: “Esos días de junio en
Arequipa”, difiere de sus libros anteriores, debido a que el autor
escribe desde los predios de la memoria, conocimiento, experiencia y
veracidad de los hechos. No se trata de una crónica periodística,
menos de una relación cronológica, es más bien una recreación
literaria, es el testimonio de un joven universitario de izquierda,
de un valiente ciudadano arequipeño que vio todo y, no era posible
callara olvidara sucesos, muchos de cuales hubieran quedado
olvidados. Demás está destacar la participación del viejo tribuno
Dr. Francisco Mostajo, así como de varios intelectuales, dirigentes
políticos, sindicalistas y del mismo pueblo arequipeño.
Pero
hay un tema que Jorge Vásquez Rendón ha sabido captar con gran
sensibilidad y grandeza. La participación de intelectuales y
narradores como Eleodoro Vargas Vicuña, Juan Reynoso y el notable
novelista Oswaldo Reynoso. Destaca las arengas y poemas leídos por
Luis Nieto y Luis Yáñez o escritos por (Jorge Bacacorzo) y Alberto
Hidalgo. Casi nadie mencionó antes la participación del poeta
puneño Efraín Miranda Luján, lanzando arengas y llamando al pueblo
arequipeño desde Radio “Landa”. Miranda fue un joven militante
del Partido Comunista Peruano, durante su paso por la Universidad
Nacional de San Marcos. Después de “Muerte cercana”, es posible
constatar el cambio dialéctico y visión del mundo como observación
crítica de la realidad social que refleja su gran poesía.
En
efecto, Jorge Vásquez Rendón escribe: “El oficial subió hasta el
auditorio de la emisora, seguido por Juan y otros manifestantes. Los
soldados entregaron sus armas, convencidos por las palabras y
decisión de varios manifestantes. Una vez a cargo de la radio, Juan
dispuso que se transmitiera música popular arequipeña y le entregó
la locución al poeta Efraín Miranda Luján. A partir de ese momento
en la cuidad y las localidades vecinas se escuchó el mansaje de los
revolucionarios que luchaban por el pueblo de Arequipa”. (Pág.
61). Después Efraín Miranda como Luis Nieto y Luis Yáñez,
sufrirían las consecuencias de una represión terrible, tal como
cuenta Jorge Rendón Vásquez.
La
dictadura no perdonó que los poetas alzaran la voz. Miranda se
convirtió en un silencioso y solitario docente en escuelas rurales
para hacerse invisible. Rendón Vásquez cuenta: “Al poeta Luis
Yáñez Pacheco la policía política lo acechó durante tres años y
lo encarceló en la penitenciaría de Lima más de un año por sus
poemas rebeldes, a pedido de las autoridades universitarias de
Arequipa. Compartió esa prisión con varios jóvenes dirigentes de
la Organización Cahuide, entre los que me hallaba, observando un
comportamiento altivo, digno y valiente, mientras sus versos
retoñaban en sus cuadernos, elevándose a un país de ensueño y
esperanza que deberíamos aún conquistar. (Pág. 86). En fin, se
trata de un libro creado desde añoranza y la fe. Esperemos ahora
otras creaciones de un escritor en plena madurez de la vida, que ha
decidido contar su experiencia para contribuir a la formación de una
distinta forma de amar y luchar, como lo hicieron los jóvenes
arequipeños y él (1955), como los estudiantes (2012), por la
grandeza y dignidad del Perú esencial.
(2015)
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