José Gabriel
Túpac Amaru II nació el 19 de marzo de 1738 en Tungasuca, sus padres fueron
Miguel Túpac Amaru y Rosa Noguera. Primero nació un niño llamado Clemente, pero
falleció en plena adolescencia. Luego nació José Gabriel pero murió la madre
dejándolo huérfano en la adolescencia. Sin embargo, transcurridos algunos años,
el padre se casó con Rosa Monjarrás, habiendo nacido en 1747 Juan Bautista
Túpac Amaru Monjarrás. Cuando el 4 de noviembre de 1780, José Gabriel Túpac
Amaru II, inició la más importante gesta libertaria de América, el hermano Juan
Bautista Túpac Amaru, se plegó al movimiento y compartió los objetivos
revolucionarios. Como se conoce, esa acción fue sofocada por un ejército mucho
más numeroso y superior en poder bélico, además recibió el apoyo de caciques
colaboracionistas prohispanos como Mateo Pumacahua, Diego Choquehuanca, entre
otros.
La guerra contra España imperial, tuvo
finalmente un desenlace horrendo, la orden fue exterminar a todas las personas
vinculadas o sean parientes de José Gabriel, cualquiera sea el grado
consanguíneo o espiritual. La ferocidad con la que actuó el Visitador General
de los Tribunales de Justicia, José Antonio de Areche no tuvo límites. El
descuartizamiento como pena máxima, fue abolido por la crueldad extrema y
porque estaba reñido con los principios de la religión cristiana, pero fue
aplicada, la iglesia católica fue una aliada en la invasión hispana al
continente Abya Yala y exterminio de poblaciones originarias.
En los cursos de secundaria y universidad a
Juan Bautista Túpac Amaru no se le menciona; sin embargo, ese hecho tiene una
explicación. Lo que sucede es que hay un frontal desencuentro entre dos
corrientes ideológicamente distintas, dos interpretaciones diferentes de los
hechos históricos, dos maneras de analizar los acontecimientos. Una es la
lectura del significado ontológico en referencia a la gesta histórica liderada
por José Gabriel Túpac Amaru II y la otra, viene a ser la visión hispano
criolla de la historia oficial, que empieza con el protectorado del general
José de San Martín en 1821 y fundación del Estado hispano-criollo de corte
colonial, ahora en plena crisis social, política y económica.
EL 18 de mayo de 1781, en la plaza del
Cusco, José Antonio de Areche, presenció el degollamiento de José Gabriel Túpac
Amaru II, el asesinato de Micaela Bastidas, Hipólito Túpac Amaru y personas
vinculadas a la gesta libertaria. Luego se instaló una permanente vigilancia para detectar los
actos de protesta y reclamos colectivos justos. La iglesia apoyada en su
extensa red de parroquias y curas, se encargó de hacer un permanente trabajo de
seguimiento y escucha, a fin de controlar el subconsciente colectivo, detectar
a través de la confesión, cofradías y fiestas religiosas populares, a quiénes
había que vigilar y denunciar. Se prohibió la circulación y lectura de los Comentarios reales para no conservar la
memoria histórica social colectiva, las medidas represivas llegaron a prohibir
hablar en quechua y aymara, fueron abolidas las fiestas de la religiosidad
andina, las peregrinaciones para visitar la huaqas, aprender a leer y escribir,
montar a caballo y vestir a la usanza incaica.
Juan Bautista Túpac Amaru Monjarrás nació
en Tungasuca en 1747, era nueve años menor que su hermano José Gabriel, su
madre se llamó Ventura Monjarrás y su padre Miguel Túpac Amaru, cacique de
Pampamarca, Tungasuca y Surimana, quien falleció a los 48 años. Pero Juan
Bautista recibió el cariño de su hermano mayor y fue educado como él en el
Colegio para caciques San Francisco de Borja del Cusco. Durante la
administración de José Gabriel, lo acompañó para implementar un mejor gobierno
como cacique, defendió a comuneros frente al constante saqueo, robo y pillaje
de parte de corregidores y autoridades españolas.
Al producirse la insurgencia del proceso
histórico liderado por José Gabriel, Juan Bautista se plegó para servirlo
personalmente. Se hizo cargo del cuidado y mantenimiento de las armas,
provisión y cuidado de sus alimentos para que no lo envenenen. Trasladaba la
carpa, cuidaba su cama, los documentos, mapas, armas y sobre todo planos de la
topografía del terreno. Así, Juan Bautista desarrolló un trabajo de logística, comunicaciones, apoyo
sicológico a José Gabriel y tuvo a su cargo la artillería en Paucartambo. Pero
además, estuvo permanentemente informado del desarrollo de la guerra contra la
administración de los puka kunkas. Durante el juicio que soportaron los
sobrevivientes luego del asesinato de José Gabriel, Juan Bautista respondió con
firmeza y valentía todas las acusaciones. No dudó que su hermano lideró uno de
los movimientos históricos más importantes de su época.
En un primer momento Juan Bautista se salvó
de ser ahorcado y fue liberado, por lo que con su esposa Susana Aguirre,
huyeron del Cusco y refugiaron en un cerro inhóspito, pero no pasó mucho tiempo
porque Areche ordenó su recaptura. El 30 de junio de 1781 fue condenado a
recibir 200 azotes que le fueron infringidos en plazas públicas del Cusco. Esa
sentencia además lo condenó a diez años de destierro al castillo de San Juan de
Ulúa en reino de Nueva España. Entre tanto no se cumplió la orden de destierro, permaneció preso en un
presidio del Callao. La ferocidad y odio de Areche consiguió que los
sobrevivientes de la “Caravana de la muerte”, luego de sobrevivir a duras
penas, fueran desterrados a perpetuidad a España y África. La sentencia dispuso
que todos los prisioneros se trasladaran del Cusco a Lima a pie.
Entre los desterrados estuvo Mariano y un
niño de nueve años llamado Fernandito, ambos hijos de José Gabriel y Micaela
Bastidas. Los prisioneros recorrieron en total 1,300 kilómetros, encadenados
unos a otros y con grilletes, sin alimentos, agua ni descanso. La “Caravana de
la muerte”, partió del Cusco con 68 presos entre ancianos, mujeres, jóvenes y
niños. No hay en la historia de la humanidad un acto de represión más cruel e
inhumano ni hubo tanto odio contra quienes nada tenían que ver con las acciones
de José Gabriel Túpac Amaru. Una vez en Lima, los
reos fueron depositados en las cárceles y luego trasladados a los calabozos
subterráneos del Real Felipe del Callao, donde permanecieron en las oscuras
celdas ófricas bajo la superficie a la espera del destierro a España y África.
En efecto, después de varios meses los
prisioneros fueron embarcado son destino a Cádiz (España), Juan Bautista permaneció
en el Castillo de San Sebastián, hasta
que finalmente llegó a la cárcel del Ceuta, territorio ubicado en África. Allí
permaneció preso durante cuarenta años, sin embargo sabía lo que ocurría en
España y América debido a los presos que llegaban y contaban lo que sucedía. El cura agustino Marcos Durán
Martel que había participado en los históricos sucesos de Huánuco, logró
liberarlo y embarcó con destino a Buenos Aires en enero de 1813, a donde llegó
después de superar males físicos debido a su edad y sobreponerse a
padecimientos de tantos años.
Después de los triunfos militares del general José de San Martín en
Chachabuco y Maipú, se instaló el gobierno de las Provincias Unidas de Río de
la Plata en Tucumán. El general Manuel Belgrano, destacado abogado, político,
economista, periodista y militar, participó en la Revolución de Mayo que
destituyó al virrey Baltazar Hidalgo de Cisneros. Al instalarse la primera
junta de gobierno, fue designado vocal y el congreso de Tucumán, declaró la
definitiva Independencia de las Provincias Unidas de Sur América. Fue entonces que el general Manuel Belgrano,
el día 6 de julio de 1816, en el Congreso de Tucumán, propuso adoptar el
gobierno de una monarquía americana con la restitución y establecimiento de la
Casa de la Nobleza Incaica, en vez de traer un príncipe de Europa.
Esa idea fue plenamente compartida por el general José de San Martín,
como por otros líderes políticos. A este histórico proyecto se llamó el “Plan
inca”, consistía en reconocer a Juan Bautista Túpac Amaru Monjarrás, como inca
y a la vez rey de América, cuyo primer gobierno debía instalarse en el Cusco.
Pero al fallecer Belgrano, cambiaron la correlación de corrientes políticas y
los comerciantes de Buenos Aires, lograron que la asamblea se trasladara allí,
acreditando un mayor número de delegados sin participación de los del Alto
Perú, despectivamente llamados Kuikos. De esa manera, fue derrotado el
histórico proyecto de Belgrano y triunfó el propuesto por los hispanos
bonaerenses. Cuando San Martín llegó al Perú, fue secuestrado por el círculo de
hispano criollos limeños y consiguieron la Proclamación de la Independencia del
Perú para beneficio de ellos. Así empezó la historia de una República Peruana
criolla de corte colonial, que ahora se debate en una de las crisis sociales
más severas y terminales de su historia.
El amigo de Juan Bautista Túpac Amaru, llamado Juan Bautista Azopardo,
fue militar y corsario maltés, luchó al servicio de Holanda, España y
Argentina, pero sobre todo fue un protector de Juan Bautista Túpac Amaru. Lo
ayudó para que se instalara en Buenos Aires y sea atendido en un hospital.
Persuadido Juan Bautista que el testimonio de su azarosa vida serviría mucho a
las nuevas generaciones para conocer cómo había sido el dominio español. Sobre
todo conocer la ferocidad con que
trataron a su hermano y parientes, así como a quienes colaboraron con la
insurrección contra el dominio de España en el Perú, decidió escribir sus
memorias a las que denominó: El dilatado
cautiverio, bajo el régimen español de Juan Bautista Túpac Amaru, quinto nieto
del último emperador del Perú.
Ese texto se publicó en la imprenta de los Niños Expósitos de Buenos
Aires en 1824. Según el historiador argentino Eduardo Astesano, quien escribió
una biografía de Juan Bautista con el título “Bautista de América” en 1979, así
como de Hugo Chumbita, uno de los más importante historiadores argentinos en la
actualidad, los originales o manuscrito se ha perdido. Sin embargo, se conocen
varias versiones que han permitido reconstruir la biografía de Juan Bautista.
Con la presencia de Juan Bautista en Buenos Aires y la idea de la “Patria
Grande” propuesta y sustentada por Manuel Belgrano, Bartolomé Mitre señaló que
fue el proyecto histórico más importante del siglo en América, pero no se
realizó debido a los intereses mercantilistas de la oligarquía bonaerense.
En efecto, el proyecto histórico trunco llamado “Patria Grande”, se
sustentaba en la memoria social del continente americano y, el gobierno de los
incas que fueron capaces de crear una de las culturas humanas más originales
sin esclavismo ni plusvalía. Más bien con un trato racional como inteligente a
la naturaleza como su preservación para las futuras generaciones. Por la
vigencia de la americanidad con una antigüedad de cinco mil años de historia
humana. Es decir, una nación continental teniendo como base un socialismo de
Estado, siendo el Estado el propietario de la tierra, el agua y todos los
recursos naturales, pero cuya explotación y uso sea a favor de los habitantes
de cada pueblo. Carlos Marx al referirse al capitalismo eurocentrista como al
rol del cristianismo en América dijo que se trató de “una cruzada de exterminio esclavización y
sepultamiento de la población aborigen en las minas”.
Las Memorias de Juan Bautista Túpac Amaru, empiezan diciendo: A los 80 años de edad, y después de cuarenta
de prisión por la causa de la Independencia, me hallo transportado a los
abismos de la servidumbre a la atmósfera
de la libertad, y por un nuevo aliento que me inspira, animado a
mostrarme a esta generación, como una víctima del despotismo que ha sobrevivido
a sus golpes, para asombro de la humanidad, y para poder revelar el secreto de
mi existencia como un exquisito y feroz artificio que se transmitía los tiranos
para tener el placer de amargarla. Tres reyes españoles se han complacido
igualmente en verme arrastrar una existencia desgracia y humilde; ya se había
perdido la tradición del motivo de mis
cadenas, y hasta las instituciones casi todas se hallaban alteradas por la acción del tiempo y la distinta sucesión de monarcas, y era
reservado sin mi libertad para su recreo.
En un acápite al referirse a
la valentía y entereza de su hermano José Gabriel, escribe como testigo de las
circunstancias y los hechos dice: Entonces
estos tigres aguzaron sus garras y nada omitieron de feroz para hacer exquisita
su presa; conducido al Cusco con su esposa Doña Micaela Bastidas, sus hijos
Fernando e Hipólito, su cañado Antonio Bastidas y otros deudos, el visitador
Areche lo mandó comparecer cargado de cadenas, y con toda fiereza y orgullo de
déspota le pregunta de sus cómplices, a que contestarlos no conocerlos de
vista, mandó reunir todos vecinos decentes y se los presentó en línea para que dentro de ellos señalase a quiénes
conocía cómplices: entonces con un noble desprecio le dice: “Aquí no más cómplices
, que tú yo. Tú por opresor y yo por libertador, merecemos la muerte”.
Juan Bautista Túpac Amaru
conoció al general José de San Martín en Buenos Aires, los historiadores
argentinos no han escrito acerca de la amistad de ambos personajes. Lo sí es
verdad es que Juan Bautista le escribió una carta en 1825 al Libertador Simón
Bolívar, cuyo texto es el siguiente:
Al Excmo. Señor Don Simón Bolívar, Libertador del Perú.
Señor: Si
ha sido un deber de los amigos de la Patria de los Incas, cuya memoria me es la
más tierna y respetuosa, felicitar al Héroe de Colombia y Libertador de los
vastos países de la América del Sur, a mí me obliga un doble motivo a
manifestar mi corazón lleno del más alto júbilo, cuando he sido conservado
hasta la edad de ochenta y seis años, en medio de los mayores trabajos y
peligros de perder mi existencia, para ver consumada la obra grande y siempre
justa que nos pondría en el goce de nuestros derechos y nuestra libertad; a
ella propendió don José Gabriel Tupamaro, mi tierno y venerado hermano, mártir
del Imperio peruano, cuya sangre fue el riego que había preparado aquella
tierra para fructificar los mejores frutos que el Gran Bolívar había de recoger
con su mano valerosa y llena de la mayor generosidad; a ella propendí yo
también y aunque no tuve la gloria de derramar la sangre que de mis Incas
padres corre por mis venas, cuarenta años de prisiones y destierros han sido el
fruto de los justos deseos y esfuerzos que hice por volver a la libertad y
posesión de los derechos que los tiranos usurparon con tanta crueldad; yo por
mí y a nombre de sus Manes sagrados, felicito al Genio del Siglo de América, y
no teniendo otras ofrendas que presentar en las aras del conocimiento, lleno de
bendiciones al hijo que ha sabido ser la gloria de sus padres. Dios es
justísimo, Dios propicio sea con todas las empresas del inmortal Don Simón
Bolívar, y corone sus fatigas con laureles de inmortal gloria.
Yo, señor, al considerar la serie de mis trabajos, y que aún conservo.
Aliento en mi pecho la esperanza lisonjera de respirar el aire de mi patria…,
no obstante de estar favorecido de este gobierno de Buenos Aires desde que pisé
sus playas, y de cuantos han considerado mis desgracias y trabajos
incalculables, que tendría en nada, si antes de cerrar mis ojos viera a mi
Libertador, y con este consuelo bajara al sepulcro”.
Juan Bautista Túpac Amaru Monjarrás,
falleció en Buenos Aires el 2 de setiembre de 1827 a los 88 años de edad, sus
restos humanos descansan en el Cementerio de la Recoleta. Lo que nos
corresponde a nosotros es forjar una cruzada histórica para que los restos
humanos de Fernandito que reposan en Madrid y los de Juan Bautista, regresen al
Perú y sean recibidos con los honores de jefe de Estado. En la plaza del Cusco
se edifique un mausoleo donde se depositen los restos de José Gabriel Túpac
Amaru, Micaela Bastidas y de todos
quienes fueron sacrificados por rebelarse contra España imperial para forjar la
Independencia del Perú y América. Esa es una tarea generacional de quienes nos
sentimos comprometidos con la histórica reivindicación del Perú andino,
esencial, cósmico y eterno.
Noto mucha hipocresía al alabar a los incas y su imperio "humanitario" cuando en realidad Pachacutec y su hijo invadieron y diezmaron reinos de los andes y de la costa.
ResponderEliminarMe gustaría saber mas sobre la madre Ventura Monjarras quienes eran sus padres y si tenia mas hermanos
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