¿Qué significa en stricto sensu el término “Perra vida”? Es un agravio
grave, imperdonable. Es deshonrar públicamente a una mujer inteligente que
representa a la izquierda en el proceso electoral. Constituye una injuria, un
dicterio que califica a quien trató de hacer escarnio de Verónika Mendoza, solo
por el hecho de pensar de distinta manera a Pedro Pablo Kuczinski. Es también
un vituperio, un denuesto e innecesario ultraje, todo porque Verónika Mendoza,
fue la primera candidata presidencial, en proponer la necesidad de revisar los
contratos del gas de Camisea, en los que intervino P.P. Kuczinski de manera
negativa y letal.
No solo es una afrenta personal, un dicterio político, una invectiva y
expresión de machismo conservador de la derecha ultra montana, sino también la
desesperación frente al avance de Verónika Mendoza en la intención de voto. El
hecho de ultrajar a una mujer que de la nada hizo un movimiento político y
propone, un distinto modelo social, político y económico, es también una
muestra del nerviosismo de PPK. Ultrajar, ofender, vilipendiar y deshonrar, es
también la demostración de carencia de un lenguaje cultivado para emitir ideas
con propiedad semántica.
La vida de Verónika Mendoza no tiene nada de ese animal tan fiel a los
seres humanos. Su biografía es la de una mujer peruana provinciana, mestiza,
quechua hablante y culturalmente educada en París. Se trata de una persona que
decidió formarse ideológicamente por su cuenta, hasta llegar donde ahora está.
No es el caso de Alfredo Barnechea, intelectual y periodista que desde hace
muchos años soñó con ser candidato a la presidencia. Ha transitado por varias
opciones de la derecha y quienes lo conocen de cerca, saben que no será
presidente del Perú, pero como él mismo dice, se habrá marketeado para futuras
consultorías al servicio de empresas transnacionales.
Decir que Verónika Mendoza es: una
media roja que dice saber hacer las cosas y nunca ha hecho nada en su perra
vida, es aseverar sibilinamente que no solo llevó una vida de perro, sino
que además, lo que dice no es verdad. En otras palabras, la intención de PPK.,
es descalificar a quien puso en agenda electoral el gas de Camisea. Ese hecho
no le perdona P.P.K., porque así empezó a deteriorarse su prestigio de lobista
inteligente. Ser lobista no tiene nada de malo y tampoco es un oficio denigrante,
lo negativo es que P.P.K., nunca defendió los intereses del Perú.
Quien lea los Planes de Gobierno del Frente Amplio y Peruanos Por el
Kambio, (¿de qué?) se dará cuenta que Verónika Mendoza ha logrado conformar un
equipo de trabajo y, es la alternativa para el necesario cambio del modelo
neoliberal, pues ha fracasado estruendosamente. El Plan de gobierno de P.P.K.,
parece haber sido redactado por algunos tránsfugas que ahora le lamen el cúbito
central, pero es más de lo mismo. La orfandad de conocimientos respecto al Perú
esencial, demuestra que fue fabricado como sea, sabiendo que nadie leerá y lo
importante para ellos, es llegar al Congreso y después ver a qué agrupación se
arrimarán: Sheput, Bruce, etc., etc.
La primera vez que se usó la palabra perro como insulto, agresión y
agravio en el Perú, fue cuando Hernando de Soto, después de haber llegado al
campamento donde estaba el inca Atahualpa, dispuso que Martinillo le dijera al
inca que saliera. Atahualpa no salió porque esa no era la costumbre de un
soberano inca. Hasta que después llegó
Hernando Pizarro y preguntó qué pasaba. Le dijeron que Atahualpa estaba detrás
de unas cortinas y desde allí veía lo que sucedía afuera. Hernando Pizarro sin
desmontar su caballo le ordenó a Martinillo: “Decidle al perro que salga”.
Años después un policía también trató de
perro a Marco Arana en la plaza de Cajamarca. ¿Qué tendrán que hacer los perros
con los intereses de lobistas y transnacionales?
Verónika Mendoza, encarna la necesidad de refundar el Perú, lograr que
una Asamblea Constituyente promulgue una nueva Constitución Política. Esa sola
idea ha movilizado a miles de electores que están hartos de una realidad
asfixiante, donde la pobreza y la delincuencia han crecido en la misma
proporción que las transnacionales han acumulado capital. P.P. Kuczinski, significa
una propuesta ideológica que ha fracasado. Sin embargo, debido a una evidente
falta de cultura política y reflexión crítica, muchos jóvenes han sido subyugados
por la falsa imagen de un comerciante de alto vuelo de las riquezas del Perú.
Pero decir que P.P.K., no tiene ni una gota de sangre peruana igual que
Keiko Fujimori, es una aberración jurídica, además denota falta de información
respecto a la nacionalidad. La nacionalidad se obtiene ya sea por nacimiento o
por naturalización en la mayoría de las naciones del mundo. Que los padres de
Keiko Fujimori y P.P.K., no sean peruanos, no les resta en nada el derecho a
participar en la vida política del Perú. En consecuencia, no hay más peruanos o
menos peruanos. No son más peruanos quienes hablan quechua, aymara, jaqaru o un
idioma de un pueblo de la Amazonía y menos peruanos, los hispanos criollos que balbucean
el español.
Lo que no es ético es que P. P. Kuczinski , haya renunciado a la
ciudadanía peruana para ser ciudadano norteamericano. Está en todo su derecho y
no tiene nada de malo, nadie tiene por qué censurarlo. Lo que está mal es que
se haya convertido repentinamente en ciudadano peruano, todo para tentar ser
Presidente del Perú. Eso no ocurriría en ningún país del mundo. César Vallejo
cuando en París atravesaba por una grave crisis económica, le ofrecieron la nacionalidad
francesa, pero el Cholo, no aceptó, declarando ser peruano hasta el tuétano y
moriría como peruano.
A Kuczinski no le interesa servir al Perú. Frente
a la crisis de partidos y líderes, “El gringo” aparece como mensajero impoluto para
acabar con la inseguridad, dotar de agua, electricidad, “pan grande” y gas a
los pobres. Nada más falso. Pero hay quienes le creen debido a una evidente
falta de ignorancia política. Y un escritor, ¿puede decir por quién votará?,
por supuesto. Monseñor Javier Del Río, arzobispo de Arequipa ha llamado al
electorado para que no voten por Verónika Mendoza porque sería “pecado”. Pero
yo pecador, agnóstico y poeta, votaré como muchos escritores del Perú por
Verónika Mendoza. Manan allinchu wiraqucha, misti Kuczinskicha. Janiwa walikiti,
rinku wirajucha Kuczinski. Y ahora, ¿cuánto tiempo tengo que esperar para que
se me excomulguen? No sé, de todos modos estaré atento.
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