Por fin los escritores puneños del siglo
XX, tienen ahora un espacio propio en la Literatura Peruana y Latinoamericana.
Bien podía entonces aplicarse la sentencia del dramaturgo y poeta español José
Zorrilla: Los muertos de vos matais,
gozan de buena salud. 1 Y gozan de
buena salud debido a la contribución de las ciencias sociales, particularmente
de los estudios interdisplinarios y de la cosmopercepción andina. 2 La historia, especialmente la lingüística y una
diferente crítica literaria social, han contribuido de modo sistemático para
que algunos narradores y poetas puneños, hayan sido finalmente revalorados.
Así, ha terminado al fin y al cabo, el largo destierro que sufrieron en su
propia patria, el menosprecio de una crítica literaria que ahora es un lastre, pero no falta quienes repiten
reprochables conceptos del pasado. El caso de Gamaliel Churata, es el más
emblemático de una historia literaria escrita con criterio racista,
limeño-centrista, discriminatorio y atentatorio contra el concepto de Nación
peruana, cultura nacional e identidad plural para forjar la unidad en la
diversidad.
Gamaliel Churata después de haber sido
desterrado y maltratado como escritor indigenista, ha pasado a ser ahora, uno
de los más importantes creadores de la Literatura Latinoamericana. Hemos dicho
ya que la denominación indigenismo, les hizo mucho daño a escritores peruanos
que se identificaron con las grandes mayorías quechuas, aymaras y ciudadanos de
la Amazonía Peruana. Indigenista significaba un intelectual que se ocupaba de
la tragedia social del indio. La palabra indio era sinónimo de bestia de carga,
sin derechos de ninguna naturaleza, un subhumano, habitante ignorante de los
Andes, sin memoria, tradiciones, cultura ni historia. Menos mal que esos
juicios han sido superados, pero no falta quienes todavía usen esta palabreja
para clasificar a escritores que han esperado cien años, para ser entendidos y
finalmente incorporados a lo que ahora se llama pluriculturalidad.
¿Cómo surgió la literatura vanguardista
puneña del siglo XX? Es preciso establecer algunas coordenadas históricas para
ubicar mejor la eclosión de una expresión cultural vanguardista. Sí,
vanguardista y no indigenista. Se trata de tres corredores históricos por los
cuales hubo un flujo de corrientes ideológicas bien marcadas. La primera se
estableció con el impulso de las corrientes libertarias contra la opresión de
España y liberación de las colonias. Los barcos que llegaban de Europa a
América no solo trajeron noticias sino ideas revolucionarias. Fue así que en
1780 estalló la rebelión
1.- José Zorilla. Nació en Valladolid en 1817, falleció en Madrid
en 1893. Escritor español, En 1833 ingresó en la Universidad de Toledo como
estudiante de leyes, y en 1835 pasó a la Universidad de Valladolid. Poeta y
dramaturgo, autor de la célebre frase tan citada, aunque es atribuida a otros
escritores con ligera variación textual.
2.- José Luis Ayala. Diccionario de la cosmopercepción andina.
Editorial Arteidea. 2005. Lima.
liderada por José Gabriel Túpac Amaru II y el
corredor ideológico se conformó desde Buenos Aires hasta Cusco. Puno se convirtió en el eje de la
resistencia colonial, en un campo de batalla hasta la derrota y asesinato de
Pedro Vilca Apasa.
El segundo corredor se formó con ocasión de
la guerra por la independencia americana desde Buenos Aires hasta Cusco. Así,
16 de julio de 1809, se instaló la Junta Tuitiva de los Derechos del rey y del
pueblo como consecuencia de la
revolución del 25 de mayo en Chuquisaca. Fue José Manuel de Goyeneche que
después de formar un gran ejército español en Puno, derrotó a los patriotas en
Chacaltaya. Luego ordenó el asesinato del presidente de la Junta, Pedro Domingo Murillo, como de Melchor León de la Barra, José Antonio Medina, Juan Manuel Mercado, Antonio Ávila, Gregorio García Lanza, Juan de la Cruz Monje y
Ortega. El Dr. Juan
Basilio Catacora Heredia, 3 nació en Ácora, fue miembro de la Junta Tuitiva. Hasta ahora en
el Perú y menos en Puno, no se le ha rendido el homenaje que le
corresponde y menos reclamado sus restos
humanos para que reposen en Puno.
El tercer corredor se estableció también
desde Buenos Aires hasta Cusco, se trata del flujo de ideas en relación a la
vanguardia del siglo XX referente al arte y literatura. El surgimiento de los
ismos y necesidad de renovar el modernismo que había cumplido su ciclo vital,
hizo que las revistas literarias trajeran manifiestos, proclamas y textos con nuevos conceptos del arte y cultura. Con
la llegada del tren a Puno en 1905 e instalación del servicio de vapores por el
Titicaca, Puno se convirtió en un puerto cultural donde era posible encontrar
revistas y libros, que en Lima no se podía conseguir. Desde Madrid a Buenos
Aires, de allí a Puno, Arequipa y Cusco, ese era el trayecto de libros y
revistas literarias vanguardistas.
De modo que en Puno los jóvenes tuvieron
muy temprano acceso al cubismo de Picasso y Braque (1907), al futurismo de
Marinetti (1909), a la música atonal dodecafónica de
Stravinski (1909), al dadadismo de Tristán Tzara (1916), al imaginismo
de Erza Pound (1912), al cubismo literario de Guillaume Apolinaire (1914), así
como a los primeros manifiestos del surrealismo suscritos por Andre Breton
(1924). Pero además podían leer revistas literarias como Grecia y Cervantes. Arturo
Peralta dijo que después de leer varios manifiestos y proclamas, decidieron
escribir desde Puno hacia el mundo, pero creando una corriente propia que
tradujera una realidad mágica, alucinante, humana y trágica a la vez. En otras
palabras, escribir desde la vanguardia para expresar un universo único que no
se parezca a ninguno.
Fue en este contexto histórico cultural que
el poeta Aurelio Martínez Escobar, nació
en Puno el 13 de julio de 1894 y falleció en Arequipa de 8 de mayo de
1976. Hijo de Fabián Martínez Casquino, nacido en Arequipa afincado en
Puno como funcionario, quien se casó con
Rafaela Escobar Solano, oriunda de Ácora. Se trata de una antigua familia
descendiente de funcionarios españoles y no de una campesina. Debido a la estrechez de la economía familiar
y ausencia del padre, se vio obligado a trabajar cuando todavía no había dejado
de ser un niño, cuando era un
3.- José Luis Ayala. El Dr. Juan Basilio Catacora Heredia. Protomártir de la Independencia
Americana. Editorial Derrama
magisterial, 2009, Lima.
púber, ingresó como ayudante en los tallares del diario “El
siglo”, cuyo director fue el Dr. Carlos
Belisario Oquendo Álvarez, que habiéndose casado con la dama moheña Zoraida de
Amat Machicao, tuvo un hijo llamado Carlos Oquendo de Amat, autor de los “5
metros de poemas”.
Fue en “El siglo” donde Aurelio Martínez
aprendió el arte de la tipografía. En nuestro libro “Carlos Oquendo de Amat”, 4 aparece
un detallado texto en el que Aurelio Martínez cuenta cómo se funcionaba “El siglo”, tan pronto como el médico llegó a
Puno, después de haber estudiado medicina humana en la Universidad de la
Sorbona. El Dr. Oquendo se ocupaba de traducir las noticias del extranjero y
redactar la columna política. Masón, anticlerical, profesor en el Colegio San
Carlos, médico y político liberal, formado en la escuela filosófica racional de
Augusto Comte, pronto se llenó de enemigos. La iglesia católica, los hacendados,
los políticos locales oportunistas y medievales, hicieron un frente hasta
finalmente conseguir que el médico saliera de Puno para morir en Pomabamba.
A
comienzos del siglo XX, en Puno juntamente con El Siglo, circulaba El
Eco de Puno (1899), La Región y Los
Andes (1928). En Azángaro: El Sur, Korilazo, El Indio, La voz
de Azángaro, etc.; en Cabanillas, Noticias y La Voz del Pueblo. Al
mismo tiempo que se podía leer diarios de Buenos Aires: La Nación y La
Prensa, aunque llegaran con cuatro días de retraso. La revista Ondina, La Voz del Obrero, La Tea y el Boletín Titikaka, eran la expresión de una sociedad que
leía y pensaba. Nicolás Oquendo tenía un café en la llamada Casa de piedra, que
ahora ocupa la sede del Gobierno regional, ponía a disposición de sus clientes
el diario Le Monde París, allí se reunía generalmente la masonería
puneña anticlerical y liberal, cuya cabeza visible era Isaac Deza. En la otra
casa de piedra ubicada en el Parque Pino, se reunía la clase media para leer
diarios de Lima. ,
Fue en ese ambiente de lucha contra una
mentalidad colonial que aún subsiste, en el que Aurelio Martínez se formó y
aprendió que el escritor tiene una tarea política irrenunciable
en la sociedad que vive. Así como otros jóvenes que trabajaron con el
Dr. Oquendo, llegada la madurez intelectual decidieron intervenir en la lucha
política. Churata de joven visitaba con
su padre Demetrio Peralta, la Sociedad Fraternal de Artesanos, fue allí donde
recibió las primeras lecciones de anarquismo. En cambio, Aurelio Martínez se
dedicó a leer libros de carácter marxista. Por eso es que cuando se formó
“Bohemia andina”, era un esclarecido comunista, no así sus compañeros de
bohemia. ¿Cómo se incorporó a la izquierda puneña? Todo se debe a la visita
proseletista de Sergio Caller Iberico, quien junto con José “Chaflú” Díaz y
Demetrio Peralta, fundaron el Partido Comunista en Puno.
Obrero linotipista adolescente, influido por
el ejemplo del Dr. Oquendo en la lucha contra el gamonalismo y una mentalidad
colonial, además del poder político clerical insoportable, al empezar la
adolescencia fue matriculado en el Centro Escolar N° 881.Allí recibió otras lecciones de tipografía en los
talleres instalados por orden de
4.-
José Luis Ayala. Carlos Oquendo de Amat.
Editorial Horizonte, 1998, Lima. Se trata de un texto permanente
saqueado y negado. Sin embargo, los
datos de intenet pertenecen a este libro.
José Antonio Encinas, cuando recordó a Aurelio Martínez dijo: "José
Sierra, Luis Rivarola y Aurelio Martínez se dan la mano con la extrema
izquierda del Centro (los Peralta). Los tres son escritores, el último un audaz
y valiente panfletario, cuyo temperamento se esboza desde el aula, él y
Rivarola son más del centro”. 5
Es importante advertir que Encinas dice: “José Sierra, Luis Rivarola y
Aurelio Martínez se dan la mano con la extrema izquierda del Centro (los
Peralta)”. Lo que significa que Encinas sabía que el poeta Martínez estaba
ideologizado mucho más que todos sus compañeros. En un principio se adhirió a las idas del
aprismo-marxista, pero cuando se presentaron las primeras manifestaciones
contradictorias, se decidió por el marxismo. En la generación Orqopata, Aurelio Martínez fue el único
militante izquierdista convicto y confeso, ocultar este hecho sería
traicionarlo, los demás escritores fueron solo simpatizantes izquierdistas.
Hasta que la dictadura de Sánchez Cerro y luego de Benavides, ahogaron con
sangre, prisiones y destierro a los más
esclarecidos intelectuales peruanos. Aurelio Martínez como muchos escritores,
optó por el ostracismo y el silencio como medio de defensa y subsistencia, ante
el horror y espanto de dictaduras que retrasaron los cambios sociales.
El poeta no culminó sus estudios primarios debido a la ausencia de
Encinas y porque atenazado por la
necesidad de subsistir, trató de vivir como obrero impresor, pero el salario no
le alcanzaba para ayudar a su progenitora. Fue entonces que trabajó como
rematista del Mercado Municipal de Abastos de Puno, durante muchos años. Hasta
el Dr. José Antonio Encinas, logró que ingresara como bibliotecario en el
Colegio Nacional San Carlos. Se desempeño también como periodista y corresponsal
de "La Crónica" de Lima y "Noticias" de Arequipa.
Pero, ¿a qué se debe el interés de críticos y especialmente docentes
universitarios del Perú y el extranjero por la literatura vanguardista puneña?
Aunque algunos siguen usando el mote
“indigenista” o “indigenismo” debido a un evidente lastre academista, lo
importante es que algunos han logrado revalorar los aportes de la literatura
vanguardista puneña, desde de distintas disciplinas, tesis y estudios
analíticos. Una característica marcada es sin duda el hecho de revalorar a
escritores puneños, que estuvieron condenados a permanecer en el último círculo
del infierno de Dante y desprecio de la crítica literaria oficial limeña.
Así, se han ocupado de la literatura
vanguardista puneña docentes y escritores como Elizabeth Monasterios, Maya
Aguiluz Ibargüen, Riccardo Badini, Marco Thomas Boshard, Eugenio Chang
Rodríguez, Dorian Espezúa Salmón, Guissela Gonzales Fernández, Miguel Ángel
Huamán, César Toro Montalvo, Jorge
Floréz-Áybar, Efraín Kristal, Mauro
Mamani Macedo, Ricardo González Vigil, Manuel
Velásquez
Rojas, Feliciano Padilla Chalco, Manuel Pantigoso, José Luis Rénique, Cynthia
Vich, Arturo Vilchez Cedillo, Antonio Melis, Yasmín López Lenci, Silvia Rivera
Cusicanqui, Helena Usandizaga y José Luis Velásquez Garambel. Todos coinciden
en que la literatura puneña del siglo XX, es una de la más genuina y
5.- José Antonio Encinas. Un ensayo de escuela nueva en el Perú. Pág.
XXX. 1959. Lima.
original.
Sin embargo, hay quienes como Gerardo Leibner, cuestionan al indigenismo como
al propio Mariátegui, para afirmar que el indigenismo es un mito y que los
“Siete ensayos” de Mariátegui han dejado de tener vigencia. En fin, ahora habrá
que analizar a los analizadores.
En efecto, Gerardo Leibner afirma: “En la segunda mitad de los 20 Mariátegui hizo grandes
esfuerzos para interpretar la realidad peruana y presentar un proyecto
socialista revolucionario que responda a inquietud de la ‘nueva generación’ por
formar un Perú moderno e integral. El intento de interpretación tuvo su mayor
expresión en los ‘Siete ensayos’. El proyecto alternativo propuesto recién
comenzó a ser formulado en forma parcial en las tesis enviadas a la Conferencia
Comunista Latinoamericana reunida en Buenos Aires. Su redacción debería ser complementada
en
el libro perdido o jamás escrito por Mariátegui. Las presiones políticas por
parte del APRA, del Comintern a partir de 1929 y del régimen de Leguía, lo apuraban
a definir su proyecto nacional. Finalmente su enfermedad lo venció antes de
concluir su elaboración”. 6
Aurelio Martínez fue amigo desde la
infancia de Gamaliel Churata, que era talabartero; Dante Nava, carpintero,
Mateo Jaika, peletero; Inocencio Mamani, pastor de ovejas; Aurelio Martínez,
tipógrafo; Emilio Vásquez, soldado; Alejandro Peralta, zapatero. A todos los
animó para formar un grupo de amigos y comentar lecturas de libros en su casa
ubicada en un promontorio llamado Orqopata
(sobre el cerro en quechua). Churata
era además director de la Biblioteca Municipal Pública de Puno y Aurelio
Martínez tenía en ese entonces, una gran experiencia como trabajador en “La voz
del obrero”. Lo que significa que Martínez desde niño tuvo una clara conciencia
de clase y el rol que tiene el escritor en sociedades como la nuestra.
Veamos ahora una de las críticas más
injustas contra los escritores peruanos y por extensión en referencia a
intelectuales puneños vanguardistas del siglo XX. Se trata de la tesis
esgrimida por Mario Vargas Llosa, la que
es posible resumir así: los indigenistas se irrogaron el derecho a
hablar en nombre de los demás, cuando debieron tratar los temas que eran
inherentes a su clase social, a su problemática y no a una ajena y distinta. Es
decir, no debieron hablar en nombre del indio sino de ellos mismos. Los indios
tienen sus propios problemas y ellos no han tratado el problema de los
mestizos, ni delegaron para que hablen en nombre de ellos. En consecuencia, la
utopía arcaica que tiene su máxima expresión en José María Arguedas, resulta
una impostación literaria que carece de autenticidad y vigencia. Más claro no
canta ni canta claro.
Durante mucho tiempo esta deleznable
como inaceptable afirmación, ha sido repetida en la academia como en ensayos
que no vale la pena mencionar. Para nosotros, se trata de una afirmación
destinada a destruir a Arguedas, así como a
escritores andinos con ideología descolonizante. Pero el marqués de Vargas
Llosa, escritor endogámico e ideólogo del ultraliberalismo inhumano, no
conseguirá que el
6.- El mito del socialismo indígena de Mariátegui. Conclusiones. Gerardo Leibner.
Pontificia Universidad Católica del
Perú. Fondo editorial. Pág. 227. 1999.
Perú
dejé de admirar y amar a Garcilaso de la Vega, Huaman Poma de Ayala, José María
Arguedas, Ciro Alegría, Manuel Scorza, César Vallejo y menos a Gamaliel Churata
ni a Aurelio Martínez.
Según el Diccionario de la Real Academia de
Lengua Española, indigenismo es:
Estudio de los pueblos indios iberoamericanos que hoy forman parte de naciones en las que predomina la civilización europea.Doctrina y partido que propugna reivindicaciones políticas, sociales yeconómicas para los indios y mestizos en las repúblicas iberoamericanas.Exaltación del tema indígena americano en la literatura y el arte.Vocablo, giro, rasgo fonético, gramatical o semántico que pertenece a alguna
lengua indígena de América o proviene de ella.
Estos conceptos son absolutamente
equivocados y además obsoletos. Lo correcto es usar la palabra vanguardismo
para denominar a esta clase de literatura. Se trata de una expresión literaria
que se desarrolló de acuerdo a los cánones del término avant-garde, que
significa situarse en la vanguardia. Hugo Verani, tiene razón al afirmar: El
advenimiento de una generación ávida de cambios no se manifiesta
únicamente en los grandes centros de
actividad cultural. Por el contrario, los ecos vanguardistas se dejan sentir en
casi todos los países latinoamericanos,
en varios focos simultáneos y sin mayor conexión entre sí. Pero
acusando, como dicen os redactores de la revista Proa de Buenos Aires, ‘la más perfecta coincidencia de sensibilidad y anhelos’. Vicente Huidobro
narra el nacimiento de una poesía radicalmente distinta en el mundo hispano,
con El espejo de agua (1916)
especialmente Ecuatorial y Poemas árticos, publicados en Madrid en
1918 promueve la renovación de la poseía hispana dos mundos.
En el continente latinoamericano los
límites temporales de los vanguardismos son, aproximadamente, 1916 y 1935. Las
inquietudes renovadoras canalizan hacia 1922 –año clave de la eclosión
vanguardista latinoamericana—en la acelerada sucesión de manifiestos, polémicas,
exposiciones y movimientos encaminados por propósitos distintos, pero
contagiados de la ‘furia de la novedad’ de que habla Jorge Manach en su ensayo
‘Vanguardismo”. 7
Ulises Juan Zevallos Aguilar, autor del
ensayo Indigenismo y nación, es un
ejemplo de intelectual académico, que en cierta manera repite la tesis de
Vargas Llosa, aunque el lenguaje que usa sea mucho más directo: “En la
elaboración del constructo de la cultura indígena – dice Zevallos-- se
encuentran varias operaciones
epistemológicas
que constituyeron al indígena como un otro. En primer lugar, los intelectuales
constituyeron a la cultura indígena como objeto de estudio usando la
noción ‘cultura (que) que es la
principal herramienta para hacer otro’ (Abu-Lughod 1992: 123), y ordenaron y
calificaron las prácticas culturales en un sistema coherente en el que todas
estaban relacionadas y cumplían funciones estructurales, dejando de lado las
contracciones y conflictos.
En segundo lugar, adoptaron la posición de
sujetos de conocimiento que
7.- Hugo J. Verani. Las vanguardias literarias en
Hispanoamérica. Pág. 10. Tierra firme. México, 1995.
describían
y explicaban la cultura indígena. Pero al constituirse en intérpretes de esta
cultura, por un lado paralizaron a su
objeto de estudio negándole dinamismo y
por otro silenciaron a los grupos humanos que describían. En tercer lugar, el
hecho de calificar de ‘indígena’ a la cultura andina puneña significó
establecer una diferencia entre ella y
las culturas mestiza y occidental”. 8
¿Qué clase de formación literaria tenían
los escritores vanguardistas puneños?
José Antonio Encinas inculcó a sus discípulos la necesidad de ser
autodidactas en vista de que en Puno no había universidad y porque muchos de
sus alumnos, tampoco llegarían a estudiar al Colegio Nacional San Carlos. Al
rememorar a sus alumnos, menciona a Juan González, Flavio Núñez, Remigio
Cabala, Enrique Encinas, Carlos Ávila, Manuel Morales, Gustavo Bello, José
Alejandro Cabrera, José Costa, Emilio Armaza, Alberto Mostajo, Jorge Castro,
José Manuel Sierra, Aurelio Martínez, Ricardo Deza, Emilio Romero, Juan
Jiménez, Carlos Ferrari, José Salguero, Néstor Ponce y Rocha, Honorio Ponce,
Washington Cano, Ricardo Vásquez, Leonardo Zevillanos, Joaquín Chávez, Pedro
Bermejo, Santiago Velásquez, Pedro Barrios, Ricardo Ávila, Francisco Martínez,
Neptalí Cano, José Ayala Valdez, Cirilo Pari, Pastor Sosa Miranda, Anselmo
Garnica, Emilio Vásquez, Vicente Molina. Adrián Dávila, Moisés Vera, Humberto
Suárez, Cecilio Martínez, Juan Huanca, Juan Vistula, Nicomedes Laguna, Marcos
Cornejo, Roberto Cárdenas, Samuel Perea, Tomás Alcocer, Daniel Portugal, Máximo
Vásquez, Carlos García, Octavio Peñaranda, Eduardo Aramayo, Víctor Masías,
Carlos P. Cáceres, Gerardo del Mar,
Alejandro
Tavera y Humberto Ortiz. Completan la
lista: Arturo y Alejandro Peralta; Luis y Emilio Rodríguez; Víctor y Enrique
Villar; José y Alfonso Torres Luna; Segundo y Jorge Núñez Valdivia; Florencio y
José Díaz Bedregal; Lorenzo y Arturo Camacho Ávila; Miguel, César y José
Garcés; Daniel, Alberto y Augusto Pérez Carpio; Gustavo, Héctor, Raúl y Ricardo
Rubina. Además, Amadeo Landaeta, Guillermo Garnica, José A. Dávila, Emilio
Vera, Isaac Meneses y Mateo Terroba. Víctor Masías, Manuel Armaza, José San
Román, Ricardo Deza, Juan Oquendo, Sebastián Rodríguez, L. Metas, Máximo Luján,
Carlos Ferrari, José Torres, Luis Rivarola, José Sierra, Adrián Dávila y
Francisco Martínez. Carlos Dante Nava y
José Catacora Solórzano. 9
Es verdad que Encinas conoció a Manuel Z. Camacho como a Telésforo Catacora y haya
tenido en cuenta la experiencia pedagógica de ambos, razón por la que Elizabeth
Monasterio diga que: “Sin duda el intelectual
mestizo más próximo a Telésforo Catacora y uno de los indigenistas que más
decididamente apoyó las reivindicaciones indígenas, José Antonio Encinas le dio
continuidad al proyecto de una educación enraizada en la cultura nativa. Esa
continuidad, sin embargo, se produjo desde un espacio de construcción nacional
vinculado a políticas indigenistas
8.- Ulises Juan Zevallos Aguilar.
Indigenismo y nación. Los retos de
representación de la subalternidad aymara y quechua en el Boletín Titikaka.
(1926-1930). Pág. 191.
9.-
José Luis Ayala. Alberto Mostajo. Delirio
y tragedia de un poeta vanguardista y filosofante. Arteidea. Grupo Editorial.
Pág. 109. 2009. Lima. A la lista del
libro citado se ha aumentado algunos nombres más.
civilizatorias
desentendidas de un diálogo orgánico con
las demandas indígenas de Catacora y Allqa Camacho. Institucionalmente, Encinas
formó parte de la primera promoción de normalistas egresados de la Escuela
Normal de Varones y nunca se cansó de ponderar el carácter laico, provinciano y
libertario de los primeros normalistas peruanos”. 10
Aurelio Martínez militó también en el grupo cultural Bohemia
Andina conformado por Alejandro Peralta, Gamaliel Churata, Emilio Romero, Alejandro
Franco, Emilio Armaza, Víctor Villar Chamorro y Ezequiel Urviola. Esta
generación tuvo el acierto de publicar la revista La Tea, de la que circularon doce
números desde julio de 1917 hasta noviembre de 1919. Era una revista de ideas y
literatura con un tiraje de 200 ejemplares, tomó
el nombre de una revista que se publicaba en Arequipa entre 1907 y 1908.
Fue una experiencia importante de jóvenes que buscaban situarse en el panorama
de la literatura peruana. Era una edición “solo para los elegidos”, es decir
una edición de carácter elitista y lejos de ser la expresión de un movimiento
literario popular. Sin embargo, esta experiencia para el poeta fue vital porque
recibió la docencia política de Manuel González Prada.
La Tea para Aurelio Martínez fue un
laboratorio y medio de expresión literaria sin una marcada tendencia
ideológica. Sin embargo, escribió crónicas literarias. En el
número 4 del 28 de julio de 1918, firma un
texto denominado Cenotafio. Es un
artículo que traduce el dolor que le causó la muerte de Manuel González Prada.
Y sucedió que en octubre de 1917 Arturo Peralta viajó a Bolivia, donde participó
en la formación del grupo Gesta
Bárbara. A su regreso a Puno
lideró la formación del Grupo Literario Orqopata en el que militó
Aurelio Martínez. Pero después de una revisión exhaustiva del Boletín
Titikaka, nos hemos dado con la ingrata sorpresa que Churata nunca publicó
ni un solo texto de Martínez.
Fue Juan
Eduardo Fournier Barrionuevo, quien acogió a Aurelio Martínez como trabajador
en su tipografía y a la vez redactor. Hay que leer “La voz del obrero” para
conocer las grandes batallas por la cultura puneña tanto de parte de Fournier
como de Martínez. Antes que Mariátegui publicara “Labor”, Fournier fundó un
diario para defender los derechos de los trabajadores. Nació en Puno, el día 18 de setiembre de 1881 y falleció
el 12 de octubre de 1957. El padre de
Eduardo fue el ciudadano francés José Fournier, que casó con Catalina
Barrionuevo, descendiente de antiguas familias puneña. Estudió primaria en la
Escuela Municipal de Puno, a cargo de José María Miranda. Forjó la conciencia
política de los trabajadores y obreros,
"La Voz del Obrero" desarrolló una férrea defensa de la cultura y
la democracia con participación de redactores obreros: Alejandro Cáceres, Manuel
Z. Aragón, José Manuel
Sierra, Jacinto Gamero, Daniel Franco Serruto y Modesto Flores. En los 76 números editados,
Aurelio Martínez tiene un lugar importante como defensor de los derechos de los
trabajadores. Fournier alentaba la autoeducación de los trabajadores, Aurelio
Martínez incidía en la necesidad de conocer las doctrinas políticas y les
10.- Elizabeth
Monasterio. Vanguardia plebeya del
Titicaca. Gamaliel Churata y otras beligerancias estéticas en Los Andes.
Pág. 102. Universidad Nacional del Altiplano. Puno, 2015.
permita tener
una conciencia clara para no traicionar sus
intereses de la clase. Fournier falleció el 12 de octubre de 1957.
Debido a Fournier en “La Voz del Obrero" empezaron a trabajar como
periodistas Arturo Peralta, Alejandro
Peralta y Aurelio Martínez.
El surgimiento de "Bohemia Andina", fue alentado por Fournier,
imprimió "Báquica Febril" (1921) de Dante Nava. En 1926 publicó el
“Boletín Titikaka”, edición que tuvo 20 números hasta que fue censurado por el
gobierno fascista de Sánchez Cerro. El Boletín
circuló de 1930 a 33.
Un personaje poco mencionado es José G. Herrera.
Llegó a Puno para instalar una imprenta moderna y a la vez una librería. La
amistad con Churata hizo que Herrera se convirtiera en el librero más atento a
las publicaciones de carácter vanguardista. Herrera desde Puno hacía pedidos de
libros tanto a las principales librerías de Buenos Aires como de Madrid.
Churata pagaba puntualmente y Herrera podía tener los libros más importantes de
la vanguardia de España, México y Buenos Aires. Herrera también publicó el Boletín Titikaka y fue ganado por la
literatura vanguardista de la época. En ese entonces, Aurelio Martínez era ya
un declarado activista político y se dedicó durante mucho tiempo a organizar
juntamente con “Chaflú” Díaz y Demetrio Peralta, el Partido Comunista. Recuerdo
nítidamente que Aurelio encabezada juntamente con Vicente Mendoza Díaz y Rosendo Aza Huirse, secretario de la
C.G.T.P., los mítines políticos pidiendo por ejemplo la nacionalización de la
Brea y Pariñas, acompañó a José Macedo Mendoza, Ernesto More y Fernando
Manrique Enríquez, así como al general César Pando Egúsquiza y al cura Salomón
Hidalgo, en un mitin de izquierda en Puno, ambos dirigentes del Frente de
Liberación Nacional.
Aurelio Martínez fue sin duda un poeta de
su tiempo histórico, un hombre de izquierda comprometido con el destino de una parte de la humanidad
abolida por un sistema injusto, que solo le interesa la sistemática acumulación
de capital. Hemos tenido la suerte de
ser sin duda uno de sus amigos más cercanos y gracias a él es que hemos podido
escribir la biografía de Alberto Mostajo, Gamaliel Churata y Carlos Oquendo de
Amat. Lo conocimos cuando era bibliotecario en San Carlos, frecuentamos su casa
o venía a la casa de Mateo Jaika a conversar sobre política o literatura.
Dinos recitales, viajamos y compartimos
una amistad fecunda con Alberto Valcárcel, Jesualdo Portugal y Teodoro Núñez
Ureta, hasta en 1970 viajamos a París y al regresó lo encontramos muy
deteriorado a causa de su difícil situación económica.
Pero la literatura puneña no solo se ha
robustecido durante los últimos 20 años con la contribución de nuevos
escritores puneños o que radican en Puno, como es el caso de Feliciano Padilla,
sino que además este año aparecerán libros valiosos como el de Emilio Vásquez
sobre Carlos Oquendo de Amat. Circulará “El ángel iluminado”, que viene a ser
una antología de ensayos de Churata, además de una serie de documentos
valiosos. La Universidad Nacional del Altiplano publicará otros 100 libros como
lo hizo anteriormente. Estamos en condiciones de anunciar la publicación del
libro “Los abismos de Vargas Llosa”, que es un ensayo referente a la
aseveración del novelista peruano-hispano cuando dijo: “Yo fui marxista”. Hemos
terminado de escribir la biografía de Desirée Lieven, princesa rusa
revolucionaria vinculada al Perú a
través de César Vallejo y defensa de la vida de guerrilleros encarcelados. Además, un libro de cuentos titulado: “El
hombre que leía en el parque”. Ahora hay que mendigar para que alguna editorial
se anime a publicar los dos últimos textos mencionados.
Sería injusto olvidar la actividad editora
de la Universidad Nacional del Altiplano, que ha publicado no solamente
facsimilares, sino libros valiosos que no era posible encontrar aun en las
bibliotecas más selectas. El trabajo de José Luis Velásquez Garambel es
altamente valioso porque además trasciende las fronteras de Puno, permite tener
una visión más amplia de la literatura puneña. La labor cumplida en referencia
a una política cultural universitaria de los rectores Lucio Ávila Rojas y
Eduardo Pineda Quispe, es ejemplar y trascendente. Estamos seguros que si se prepara
un libro en referencia a Aurelio Martínez, sería sin duda publicado con
especial cuidado debido a su poesía vanguardista como por ejemplo su poema Paseo en cicle, que francamente resulta
genial. La UNA ha publicado por ejemplo, los libros de Mateo Jaika, Saturnino
Corimayhua y Héctor Estrada Serrano.
Siempre he creído que soy un escritor
afortunado por haber conocido y aprendido mucho de Gamaliel Churata, Emilio
Romero, Emilio Vásquez, Emilio Armaza, Alejandro Peralta, J. Alberto Cuentas
Zavala, Ricardo Arbulú Vargas, Inocencio Mamani, Enrique Cuentas Ormachea,
Alejandro Franco, Mario Franco Inojosa, Sacarías Puntaca, José Andrés “Pupa”
Dávila, Miguel N. Angles, Cipriano Angles, Ernesto More,
José Portugal Catacora, Efraín Miranda, Samuel Frisancho Pineda, David
Frisancho Pineda, Alberto Paniagua Daniels, Mateo Jaika, Alberto Parodi
Isolabella, Aurora Encinas, Mariano Paqo Mamani, Luis de Rodrigo, Enrique
Encinas, Víctor Humareda, Mercedes Bueno Morales, Vicente y Julio Mendoza Díaz.
Por Aurelio
Martínez guardo un gran cariño y recuerdo. Subimos todos los cerros de Puno y
sus conversaciones eran una cátedra de historia e identidad andina. Nunca
olvidé la vez que viajamos a Tintiri, esa maravillosa reliquia de adobe que
destruye el tiempo debido al desinterés del Estado por la cultura y la
educación. Leninista hasta el tuétano, bolchevique y enemigo mortal de Stalin y
Trotski, admiraba a Fidel Castro, al Che Guevara y Luis de la Puente Uceda.
Ahora falta hacer un gran esfuerzo para
recuperar su producción dispersa, sobre todo rescatar sus veinte
cuadernos en los que tenía registrada toda su producción literaria en español,
aymara y quechua. Ojalá la familia de Américo Francés, seudónimo de Aurelio
Martínez, decida realizar esa acción ineludible y si así fuera, seré el primero
en sumarme a esa importante como histórica cruzada.
quizás Americo Frances no tenia un recordar apesar de que muchos lo UTILIZARON EN el ayer un recordatorio hoy lo tendrá y sus nietos así lo harán
ResponderEliminarHe tenido la suerte de conocer a Aurelio Martínez, aun cuando cursaba la instrucción secundaria en el Colegio "San Carlos" de Puno, era amigo de mi señor padre Rosendo Aza, quien era tipógrafo y trabajaba en la imprenta "El Eco de Puno". Creo que seria importante publicar sus poemas inéditos.
ResponderEliminar