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viernes, 18 de abril de 2014

ESCRIBIR EN ESPAÑOL ANDINO Y EN AYMARA



 
Ilustración: MOSHÓ

El aymara es un idioma hablado con diferentes variantes dialectales, pertenece a la familia lingüística del mismo nombre. Se habla en Perú, Bolivia, Chile y Argentina. En Perú es un idioma cooficial junto con el español. Pero no es una novedad decir que se encuentra en “situación de riesgo cultural”. También hay una lengua de la familia aymara que todavía  sobrevive, se llama kawki o jaqaru con sus respectivas variedades dialectales, se habla en Tupe y en Cachuy, distritos de la provincia de Yauyos (Lima). Son idiomas hablados por casi 800 personas.
    El aymara se originó en los Andes centrales de la serranía central del Perú y se extendió en los pueblos de la cultura Wari, pero en pleno intermedio tardío fue desplazado por el quechua desde el lugar de sus orígenes hasta el Cusco. Aunque se hablaba en Arequipa hasta el lago Poopó (Bolivia), cuando se produjo la invasión española al continente americano y Perú. Fue el jesuita italiano Ludovico Bertonio 1 que en 1612, realizo el primer registro y transcripción fonética usando la gramática italiana. En 1963 Ellen Rosses produjo el primer trabajo científico lingüístico, luego Marta Hardman 2 en 1960 alcanzó a ejecutar una gran contribución a través de los estudios en la Escuela de La Florida. Sería injusto dejar de nombrar a Juan de Dios Yapita, 3 quien diseñó el Alfabeto Fonémico Universal.
   En el virreinato, los cronistas Pedro Cieza de León y Pedro Pizarro, llamaron a los idiomas que desconocían: Lengua del Collao, también lengua de los collas. Pero fue el corregidor del Cusco, Juan Polo de Ondegardo 4 que en su crónica: De los errores y supersticiones de los indios, en 1559 llamó habla aimaraica al idioma que hablaban los habitantes del Collao. Las publicaciones del III Concilio Limense (1584-85) incluyeron por primera la palabra aymara.  Fue así como se empezó a hablar de esa manera y, con la publicación del Vocabulario de la lengua aymara de Bertonio, quedó consagrado el vocablo. En 1616 apareció Gramática y vocabulario, compuesto por Diego de Torres Rubio.
   Durante los primeros años de la República y hasta inicios del siglo XX, no hubo en el Perú interés para estudiar el aymara. Pero en los años 20 del siglo pasado, apareció una corriente ideológica muy marcada,  fue una época en que el aymara y el quechua, se convirtieron en el centro de los conceptos: peruanidad, identidad, derecho, educación, etc. También fueron años signados por la violencia social y exigencia para que el Estado creara escuelas rurales. Muchos maestros idealistas creyeron que la educación podía “redimir al indio”, por tanto había que impulsar un sistema educativo bilingüe, para romper el aislamiento y segregación social de tantos siglos.         
   La crítica blancoide limeño centrista, llamó equívocamente indigenismo a toda obra artística y literaria que se ocupara del Perú esencialmente andino. También en esa época se dieron los esfuerzos por sistematizar el aymara, pero las ciencias sociales y especialmente la lingüística, no se habían desarrollado.  Un hecho al que muy poca atención se ha dado fue la propuesta de Francisco Chuquihuanca Ayulo. 5 Se trata de la Ortografía indoemericana, texto publicado en el Boletín Titikaka en diciembre de 1927. 6   Artículo francamente revolucionario para la época. Se trata de una propuesta ortográfica para sistematizar la escritura del quechua y el aymara. El contenido es el siguiente:
1.- qada letra no rrepresenta mas qe un sonido elemental imbaryable qalqyera que sea la qombinasyon qe forme
2.- qada silaba no tiene mas de una boqal- las silabas de una palabra se quentan por el numero de sus bocales
3.- qada palabra se escribe qomo se pronuncia
    EDYTORYAL TITIKAKA – syendo la K una letra ejsotica en el qastellano los idyomas keshwa o inqa i aymara la an apdoptado para rrepresentar un sonido gutural elemental propyo arto frequente en sus palabras
   pronunsyada la palabra keshwa TITIKAKA qorrejtamente bertida al qastellano sijnifica RROQA DE PLOMO  ¡qe ejspresibo nombre para una editoryal! Parodyando podría desirse qe la PRENSA (se entyende la prensa libre) es la rroqa de plomo sobre  la qe el ombre edifiqa i perpetua su progreso
   i lwego si por asosyasyon de ideas rreqordamos la ermosa leyenda de MANQO KAHPAJJ  i MAMA OJJLO la apoteosis de la pareja indya de la pareja umana salyendo de las prístinas awas del titkaka en dinina misyoen sibilisadora de la primitiva MADRE AMERIQA es indudable qe ese nombre es aun mas comprensibo
   bien pwues –la editoryal titikaka bajo la direjsyon de jobenes de ideales ampliamente umanos qe son los mas grandes ideales de la  epoqa i quyo BOLETIN es una ebelasyon viene a rrealisar una funsyon necesaria para la sibilisasyon de los kollas-keswas i aymaras de la rrejyon – desde su desanalfabetisasyon qon la qartilla asta su qultura propia con el peryodiqo i el libro propyos
      Gamaliel Churata saludó este hecho con entusiasmo. 
Vino a ser un acto de rebeldía contra la imposición de la gramática y ortografía del español en la escritura del quechua y aymara. Chuquihuanca hizo notar que había necesidad de crear grafías propias. Hasta que efectivamente se optó por el sistema  denominado Alfabeto fonémico universal.
    En 1956 apareció El pez de oro en la Editorial Canata en La Paz (Bolivia), cuyo autor es Gamaliel Churata. Este libro convirtió a Churata (seudónimo de Arturo Peralta Miranda), en uno de los más importantes escritores de América Latina, aunque no haya sido entendido en su época. Hasta que la edición crítica del 2011, hizo posible que su contenido y significación fuera finalmente descifrado. La publicación de Resurrección de los muertos (2010), abrió la ruta para que Churata ocupara el lugar que le corresponde, debido a que es un escritor que expresa el universo andino desde la cosmopercepción y la runasofía y jaqisofía. 7  
  En ningún escritor como en Churata, es posible constatar características que enriquecen la literatura peruana, por ejemplo: creación de una escritura híbrida, uso de la diglosia, castellanización del aymara como aymarización del español, asimilación de los mecanismos de la vanguardia literaria del siglo XX, entre otras conquistas. Asistimos ahora a un cambio de actitud de parte del Estado, hay cursos de lingüística aymara en algunas universidades, docentes especializados, ediciones de libros y eventos que permiten evaluar lo que hasta aquí se ha hecho.
     En lo que se refiere al idioma español y al aymara hablado, no es una novedad  decir que siendo el español una lengua dominante, el aymara ha optado por una actitud de asimilación cultural, tomando muchas palabras en calidad de préstamo y por eso, el español andino de Puno, es distinto por ejemplo al español del Cusco por la presencia del quechua. Aunque es evidente el conflicto entre lenguas dominantes y dominadas no solo en el Perú, los últimos movimientos sociales e ideológicos han reivindicado el término Nación Aymara, además es evidente un fuerte sentido de identidad étnica entre aymaras de Perú, Bolivia, Chile y Argentina.
     Entonces, como ser humano y escritor, soy consciente que vengo a ser el producto de dos culturas en conflicto y diálogo desigual. Mi niñez transcurrió en Huancané, en haciendas donde mi padre trabajaba como administrador y en Tumuku, pequeña propiedad rural de mi abuelo paterno. Mis compañeros de primaria fueron niños aymaras y mestizos, de modo que podíamos hablar español y aymara, mejor dicho aymarañol, esa formidable mezcla de idiomas que le dan a la cultura y a la literatura una gran vitalidad y riqueza lingüística. Cuando llegué a la secundaria leí a Gamaliel Churata y Arguedas, así supe que escribía en quechua. Entonces me pregunté: “Si Arguedas escribe en quechua, ¿por qué yo no puedo escribir en aymara? Arguedas no ha sufrido nada, muchos más he sufrido yo”. Busqué diccionarios y empecé a escribir en aymara de modo anárquico. Hasta que asistí a un curso de lingüística aymara, teniendo como profesora a Marta Hardman. Pero antes publiqué varios libros de poesía en aymara-español,
    Los trabajos de Lucy Brick, Alfredo Torero y Rodolfo Cerrón Palomino, han permitido tener una mejor visión del pasado y evolución del aymara. Pero han sido las ciencias sociales y en especial la lingüística, que han conseguido establecer criterios para la escritura, por lo que es posible afirmar que el aymara tiene sus propias características lingüísticas. 8  Por esa razón he optado por editar una antología de cuanto escribí en aymara, he procedido a revisar, refonetizar y refonemizar mis poemas.
    Cuando escribo en aymara aparece la estructura básica del español que es así: sujeto-verbo-complemento. En cambio en aymara se escribe: sujeto-complemento-verbo. Igual sucede cuando escribo prosa, tengo que imprimir el texto para corregir y establecer la expresión lógica y correcta, de lo contrario no es posible entender lo que escribo. A veces escribo obedeciendo al subconsciente, dejo que la escritura me lleve por cauces que desconozco, al final me doy cuenta que debo traducir a veces gran parte del poema, ya sea al español o al aymara.
    Escribo en aymara porque es una necesidad biológica y cultural, hablo español andino peruano, porque así lo exige la cultura oficial y dominante. Pero no soy un escritor híbrido, soy más bien un aymara mestizo, me siento un cholo urbano, un intelectual que mira al Perú desde arriba. Me adscribo al proceso de  descolonización de la idea dominante. El español es plástico pero el aymara es mágico, el español resulta espléndido en cambio el aymara es sufijante. El español es extenso y el aymara es aglutinante, el español tiene cinco vocales pero el aymara solo tres para comunicar más con menos palabras. La dialéctica aymara difiere de la dialéctica griega y occidental en que el tiempo es sideral, todo está en movimiento y todo se renueva. La cosmopercepción  aymara se ocupa de situar al ser humano, como el centro del universo y el tiempo cósmico no empieza ni termina jamás.
    A pesar de haber vivido en París y en Lima muchos años, soy un aymara que no ha renunciado a su identidad, menos a una conducta de escritor sin prejuicios ni complejos culturales. Pero el español andino se ha enriquecido en muchos siglos, somos lo que hablamos y cómo hablamos, somos lo que escribimos, lo que decimos y la forma cómo nos comunicamos. Por todo lo dicho entonces, no hay una solo literatura en el Perú, hay muchas literaturas que se escriben en diferentes idiomas. Hay literatura aymara, quechua, jaqaru, además de las 47 lenguas de la Amazonía Peruana. Habrá entonces que rescribir la historia de la Literatura Peruana y solo así se podrá apreciar, el valor y riqueza que tienen muchas lenguas que no deben desaparecer.                   
1.- Ludovico Bertonio. Jesuita doctrinero, colonialista, lingüista, traductor y lexicógrafo  italiano, nació en  Rocca Contrada (hoy Arcevia, Provincia de Ancona, Italia), en 1557 y murió el 3 de agosto de 1625 en Lima. Estudió el aymara en los primeros años de su residencia en Chucuito. Ingresó a la Compañía de Jesús en 1574 y vino al Perú en 1578, habiendo llegado al Callao en 1581. En marzo de 1582 se ordenó sacerdote y vivió en Lima. En  1585 fue destinado a Juli, desde donde los jesuitas se propusieron imponer el proceso de colonización mental y religioso. Fue confesor y lector de humanidades. En 1593 fue incorporado  a la orden y así tuvo un contacto directo y cercano con los habitantes aymaras, aprendiendo la lengua. Luego se dedicó escribir un amplio vocabulario aymara como también una gramática aymara que fue publicada en 1603. Anciano, se retiró de Juli a Arequipa y luego a Lima donde falleció en 1625. La gramática de Bertonio se publicó como Arte y Grammatica muy copiosa de la Lengua Aymara. Otra versión abreviada fue publicada al mismo tiempo: Arte Breve de la Lengua Aymara para Introducción del Arte Grande de la misma Lengua. En 1612, incluyó una versión corregida y reducida titulada Arte de la Lengua Aymara. Con una Silva de Phrases de la misma lengua y declaracion en Romance, compuesta de dos partes distintas. La primera es la gramática, la segunda es un compendio de frases en Aymara, elaboradas por los mismos hablantes.
2.-  Juan Polo de Ondegardo, llegó al Perú en la flota que transportó al virrey Blasco Núñez Vela  en 1543, comisionado por Hernando Pizarro para que velara sus intereses, pero  fue ganado por intereses de Real Audiencia de Lima en el conflicto que tuvo con el virrey. Luego se plegó al bando del rebelde Gonzalo Pizarro. Preso el Cuscozco por Francisco de Carvajal en 1546, fue llevado a Lima de donde escapó.  Se presentó en Trujillo ante La Gasca e intervino en la batalla de Jaquijahuana, el 9 de abril de 1548. Fue enviado a Charcas para reprimir a quienes se rebelaron contra los abusos de los españoles, llegando a  Tucumán y La Plata. Fue nombrado corregidor del Cusco entre 1558 a 1561, firmó su testamento el 18 de marzo de 1575 en Potosí. Entre sus crónicas: Tratado y averiguación sobre los errores y supersticiones de los indios (1559). Informe del Licenciado Polo de Ondegardo al Licenciado Briviesca de Muñatorres sobre la perpetuidad de las encomiendas en el Perú (1561). La relación de los adoratorios de los indios en los cuatro ceques. (1561). Instrucción sobre las ceremonias y ritos que usan los indios conforme al tiempo de su gentilidad (1567). Relación de los fundamentos acerca del notable daño que resulta de no guardar a los indios sus fueros (1571).
3.- Marta Hardman. Lingüista norteamericana que en la llamada Escuela de Florida, ha realizado un importante trabajo referido al jaqaru, kawki y al aymara. 
4.- Juan de Dios Yapita. Lingüista boliviano, nació en la comunidad campesina de Qalamaya, provincia de Omasuyu (La Paz) en 1931. Aymara hablante, especialista en la lingüística aplicada. Ingresó en 1968 al Departamento de Idiomas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA)  y enseñó aymara. En 1979, participó en la creación de la cátedra de Lingüística e Idiomas con mención lenguas nativas aymara,  Humanidades y Ciencias de la Educación hasta 1988. En 1972, fundó el Instituto de Lengua y Cultura Aymara ILCA para realizar cursos de aymara. Difundió el aymara en radio, televisión y prensa escrita. Participó con  Marta Hardman en el Programa de Preparación de los Materiales de Enseñanza de Aymara en la Universidad de Florida, y es co-autor del Aymara: compendio de estructura fonológica y gramatical (1988), con Martha Hardman y Juana Vásquez. Enseñó lingüística aplicada y gramática aymara en la licenciatura y postgrado en Bolivia, Chile y Perú, Estados Unidos, Inglaterra y Escocia. Ha recibido varios premios por sus investigaciones  y difusión (Wenner Gren, Leverhulme Trust, la Fundación Interamericana de los EE.UU., etc.). Ha publicado  textos de enseñanza de aymara y castellano en DVD interactivos, y materiales de enseñanza del aymara en el Internet (en el Proyecto materiales de Enseñanza de Aymara de la Universidad de Florida (Gainesville
5.- Francisco Chuquihuanca Ayulo. Nació en Pucará (Lampa), el 24 de julio de 1877.  Descendiente de uno de los más importantes gobernantes del Tahuantinsuyo, el inca Huayna Capac, a su vez pariente de José Domingo Choquehuanca, quien saldó al Libertador Simón Bolívar al pie del peñón de Pucará. Estudio primaria en la Escuela Elemental de Lampa y en el Colegio Mercantil de Arequipa, secundaria en el glorioso Colegio San Carlos de Puno y superior en la Universidad San Agustín de Arequipa
6.-  ORTOGRAFÍA INDOAMERICANA de Francisco Chuquihuanca Ayulo, texto publicado en el Boletín Titikaka, correspondiente a diciembre de 1927.
7.- Runasofía y jaqisofía. Ambas palabras provienen de préstamos del español, tiene dos componentes Runa en quechua significa ser humano. Jaqi en aymara que significa también ser humano, persona. Sofía del griego que significa amigo de la sabiduría.
8.- Características lingüísticas del aymara: 1.- Es gutural debido a que posee cuatro sonidos posvelares (q, qh, q’, x), recursos que no hay en español.  2.- Sufijante, cuando varios elementos con significado se unen para formar una sola palabra. Por ejemplo: warmijampikuska: juntamente con mi mujer.  
3.- Aglutinante, debido a que varios elementos con significado se van juntando para formar una sola palabra. Por ejemplo: tantasipxaniñaniwa: vamos a reunirnos todos, pero cuyo contenido semántico dice mucho más. Una sola palabra en aymara puede significar más que en español. 4.- Trivocálico. El quechua y el aymara fonológicamente tienen solo tres vocales cardinales: a, i, u, pero fonéticamente más de diez, dependiendo si se pueden pronunciar más cerradas o abiertas debido a las consonantes vecinas. Sin embargo, el significado no cambia careciendo de valor fonológico. En la pronunciación es más notorio cuando las vocales cerradas como i – u se anteponen o posponen a las consonantes posvelares. Estas son pronunciadas de modo más abierto y de modo condicional.  5.- Tiene consonantes oclusivas, aspiradas y glotizadas. Las aspiradas se  refieren a la aspiración del aire en la pronunciación, mientras que la glotilización consiste en cerrar el paso del aire en forma momentánea en la calidad bucal. 6.- El acento aymara es prosódico y fijo en la penúltima vocal de la palabra, resultando así que las palabras son generalmente llanas o paraxítonas. 7.- Es polisémico debido a que una palabra puede tener varios significados. Las metáforas y la construcción de la ficción son maravillosas, acorde a la cultura y cosmopercepción aymara. 8.-  Los verbos “tener, ser y estar”, se expresan mediante sufijos aymaras y de ninguna manera valen de modo independiente. 9.- La estructura básica de la oración se escribe así: Sujeto-complemento-verbo. En cambio en español: Sujeto-verbo-complemento.10.- Las oraciones pueden estar marcadas solo por sufijos oracionales, aunque no esté presente el verbo. 11.- Los artículos determinados, como las preposiciones y conjunciones, resultan elementos aparte como en el español, pero se expresan por medio de morfemas o sufijo que se adiciona a las palabras.

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