El historiador Augusto Ramos Zambrano. |
Una afirmación contundente podría resumir la biografía,
convicción y fe de un historiador comprometido como fue Augusto Ramos Zambrano.
En efecto, Mario Huayhua Quispe le hizo una entrevista para el diario Los Andes (22/08/2012) y en la parte
final se puede leer:
- Después de haber realizado una de las primeras
investigaciones sobre Teodomiro Gutiérrez Cuevas, ¿cómo usted, ahora, en este
momento presente, lo asume al legendario Rumi Maqui?
- Yo lo asumo como un hombre que soñó con la justicia
social en el Perú y que, desgraciadamente, esa justicia social todavía no ha
llegado, de tal manera que necesitamos otro Rumi
Maqui.
Una idea
central en esta respuesta es justicia social que no ha llegado. Precisamente, ese
pensamiento recorre toda su obra desde el primer libro hasta el último, los
cuales en conjunto vienen a ser: J.D. Choquehuanca, el cantor de Bolívar; Tupamarus,
Vilcapazas, Cataris, Ingariconas, Aymaras Rebeldes, Historia de la Reapertura Nacional
del Altiplano, Historia del Indigenismo Puneño, Apostolado Indigenista de
Ezequiel Urviola y Rivero, Tormenta
Altiplánica, José Domingo Choquehuanca: Vida y Obra, Rumi Maqui. Movimientos
campesinos de Azángaro, La rebelión de Huancané, Puno en la rebelión de Túpac
Amaru, La gesta de Pedro Vilcapasa.
Decir que fue un historiador
importante que se ocupó estrictamente a investigar y escribir en base a fuentes
documentales fidedignas, es una verdad a medias pero es traicionar su memoria. Además
de negarle uno de los méritos más altos que viene a ser, escribir historia para
devolverle a los seres humanos abolidos la esperanza y fe en el futuro, a base
de luchas sociales. Ramos Zambrano, aunque no lo dijera nunca, pertenecía a una
generación que se propuso descolonizar el concepto y la ideología dominante con
la que ha escrito gran parte de la
Historia del Perú.
Por eso nunca buscó la financiación de una
fundación o dinero de las transnacionales para investigar y publicar, como lo
han hecho algunos historiadores. Menos de una entidad estatal debido a sus
principios ideológicos y decencia intelectual. Sin embargo, probó esa
posibilidad y le negaron el derecho a publicar un texto referente a Ezequiel
Urviola, como no ha sucedido por ejemplo, con tantos científicos sociales que
no cuestionan el pasado y menos emiten juicios que tienen que ver con dolorosa realidad
del pasado y de ahora. La prueba más contundente es que los originales del
libro referente a la Ezequiel Urviola,
que lo entregó para que fuera editado por el Fondo Editorial de Congreso de
República, tardó tanto tiempo hasta que un día por dignidad, decidió retirarlo,
a pesar que se habían comprometido solemnemente, publicarlo.
Antes de
dedicarse a escribir a tiempo completo tuvo que trajinar por la vida
universitaria y la administración de justicia. Nacido en 1930 en el pueblo de Pucará, cuya capital de provincia es Lampa, en el Departamento de Puno. Cursó estudios
primarios en Pucará y Lampa,
secundarios en el Glorioso Colegio Nacional de San
Carlos de Puno y superiores en la Universidad
Nacional de San Antonio Abad del Cusco, donde se recibió de abogado. Fue
docente de la Universidad Nacional del
Altiplano, de la que fue vicerrector académico y luego rector.
Ejerció el cargo de defensor de oficio, habiendo asumiendo la defensa de
campesinos pobres en el Fuero Civil. También se desempeñó en la magistratura
como Vocal Titular de la
Corte Superior de Justicia de Tacna y Moquegua,
hasta alcanzar la jubilación. Fundó el Instituto de Estudios Pukara. Falleció el 21 de agosto en
Lima, a los 83 años, precisamente el día que iba a presentar su último libro J.D.
Choquehuanca, el cantor de Bolívar en el Congreso de la República, con la
participación de Antonio Rengifo y Nelson Manrique.
Ni becas ni subversiones, menos financiación
de alguna entidad “neutral” para investigar y editar un libro. Ramos Zambrano
nunca recibió ninguna ayuda para convertirse en un historiador con mentalidad
amorfa, neutra, servil; sabía que ese hecho lo limitaría en sus juicios y
análisis. El mejor ejemplo es Jorge Basadre, escribió textos valiosos que es
preciso releer de vez en cuando, uno de ellos se referente a la expansión de
las transnacionales y otro que se llama “Marx y Pachacutec”. Después que salió
libre del “Frontón” nunca más fue el mismo. La prisión lo ablandó, entendió
bien el mensaje, le hicieron saber que no lo tolerarían si es que seguía
escribiendo de esa forma. Ahora, leer la “Historia de la República” es una
versión del Perú convertido en una colonia y sin futuro.
Cuando se lee un libro de historia es
bueno preguntase antes qué ideología tiene el autor, quién le ha financiando su
trabajos de investigación, cuánto ha recibido en pago de su trabajo y a qué
clase de lectores se dirige. Sin duda, es importante la metodología e
instrumentos de análisis, pero mucho más determinante es saber si se está
comprometido o no con el proceso de descolonización del pensamiento dominante,
si su trabajo contribuye o no a la reconstrucción de una identidad y si tiene
la capacidad o no de recuperar la memoria social. Así por ejemplo, si una
institución cultural, una universidad o una región encarga que alguien escriba
su historia, de ninguna manera hará una análisis y señalará sus miserias, grandes
fallas y fracasos, tiene que elogiar empezando por poner primero la biografía
“ejemplar” del presidente, del rector, del ministro, del director porque todos
merecen las palabras: “paradigmático, honrado y trabajador”.
Su último libro J.D. Choquehuanca, el
cantor de Bolívar. Los caciques Chukihuanca y sus testamentos (A.F.A Lima, 2012) permite conocer
efectivamente esos documentos, pues muchos historiadores hacían referencia a
esos textos pero ninguno lo conocía. Es también oportuno decir que, quienes
ahora quieran conocer mejor la biografía de José Domingo Choquehuanca, tendrán
que acudir el libro de Leonardo Altuve Carrillo, quien además demostró un hecho
sorprendente: El doctor Juan Basilio Catacora Heredia, fue padrino de bautizo
de José Domingo Choquehuaca, en Chuquisaca. Ramos Zambrano además amplía la
visón del doctor Francisco Chukihuanca Ayulo, la relación de Wayna Chukihuanca
con Gamaliel Churata, aparece una carta de José de la Riva Agüero y es toda
una sorpresa, así como cada uno de los documentos que sería muy extenso
referir.
Ramos ha
dejado varios libros inéditos y otros por comenzar. Seguramente que su hijo
Carlos sabrá manejar ese legado con inteligencia y cultura. Su esposa así como
los hijos, hay que decirlo con certeza y acierto, han hecho bien en no llevar
el cuerpo sin vida de Augusto Ramos Zambrano a locales como por ejemplo el
Ministerio de Cultura, el Museo de la
Nación u otra entidad para velarlo. Hubiera sido una afrenta
para un historiador que siempre estuvo en contra de un sistema colonial,
republicano, insensible, déspota y abusivo con los pobres y desposeídos que son
los más. Es verdad que merece un homenaje como toda persona que significa un
ejemplo de limpidez y coherencia. Pero el mejor homenaje será publicar sus
obras completas.
Antonio
Rengifo quien debió hacer el uso de la palabra en la presentación del libro de Ramos en el
Congreso de la República,
nos ha permito tener acceso a su texto, el cual en una parte dice: “También me
siento complacido porque la presentación del libro es en el ámbito del Congreso
de la República
en donde se escuchara la voz combativa
del puneño José Antonio Encinas en defensa de los indígenas. Ramos nos hace
recordar las elecciones en la
Universidad de San Marcos, Encinas derrotó a Víctor Andrés
Belaunde. En el corto período de rector, fundó el Instituto de Medicina Andina,
que dio renombre al Perú”
Ojalá no ocurra con Augusto Ramos Zambrano
como con José Carlos Mariétegui, César Vallejo y sobre todo con Carlos Oquendo
de Amat, es que circulan algunas biografía como si se tratara de escritores
híbridos, sin una filiación y ni
siquiera una mínima referencia a sensibilidad social y, menos identidad con los
pobres y desheredados del Perú. Es verdad que cualquiera puede escribir una
biografía porque no es asunto privativo. Pero si no se identifica con el
personaje y sus ideales de justicia social, es mejor que no lo haga, para eso hay
muchos escritores que nada les interesa la tragedia humana de haber nacido para
morir todos los días un poco. Ramos Zambrano no era un historiador neutral, un
asalariado y beneficiario intelectual del sistema. Jamás persiguió una
distinción ni condecoraciones. El mejor tributo será el hecho que viva en la
memora del pueblo porque desde muy joven reclamó, luchó y escribió para la
abolición del dolor humano que atormenta a las grandes mayorías del Perú
esencial, trágico, cósmico y eterno.
(24/8/2012)
No hay comentarios:
Publicar un comentario