III CARTA A MARIO
VARGAS LLOSA
Esta vez sí que has llegado más allá de los
límites de la tolerancia que todo hombre culto, demócrata, intelectual y
escritor debe observar. Más aun cuando se trata de una persona que como tú ha
merecido el Premio Nobel de Literatura con justicia y razón. Por ese hecho, la
Universidad Nacional Mayor de San Marcos, los escritores peruanos y el Perú en
general expresamos en reiteradas veces nuestra complacencia y reconocimiento.
Sin embargo, tu odio visceral y mortal a
quienes conforman las grandes mayorías pauperizadas por el sistema neoliberal,
no tiene límites. Te opones a la posibilidad de cambios sociales en el Perú,
que de todos modos se darán en el curso del tiempo. La historia no tiene leyes.
Mañana puede ocurrir un hecho que cambie de curso y trayectoria histórica en la
República Peruana. Nada es eterno, todo está en movimiento. Una nación es un
organismo vivo en permanente mutación y cambios.
Cómo es posible que digas: “Si Castillo
gana la segunda vuelta y establece un modelo venezolano o cubano para el Perú,
no se puede descartar que haya un golpe militar. Haya un golpe militar o de
izquierda o de derecha, porque el Ejército Peruano, está dividido en secciones.
Yo no creo en la izquierda que es muy minoritaria, de tal manera que probablemente
sea de derecha”.
En las imágenes y audio que es posible ver
y escuchar por internet, surge después una voz con acento fascista que afirma:
“La Fuerza Armada tiene que estar muy atenta para meter un zarpazo y cuadrar la
figura en menos de 24 horas”.
No puede ser. ¿No te das cuenta que se
trata de un llamamiento insólito y antidemocrático? ¿Quién crees que eres para
tocar las puertas de los cuarteles? ¿Qué autoridad moral tienes para amenazar
el nombre de una entidad a la que has demostrado tener un marcado
resentimiento? ¿Por qué no vienes a votar en la segunda vuelta? ¿Por qué no
viajas a Lima para exponer en una conferencia las razones para propiciar un
golpe de Estado?
Ha trascendido que Alberto Fujimori
Fujimori desde la cárcel dorada donde permanecerá por varios años más, a quien
tanto has combatido y odias a muerte, te ha hecho llegar un saludo especial de
agradecimiento. Es más, te ha pedido que no te opongas cuando la señora K.
llegue a la presidencia de la República y le otorgue libertad, contraviniendo a
la frondosa legislación internacional inherente a los derechos humanos. Me
parece un infundio cruel. Pero ahora ya no se puede confiar nada en ti. Todo es
posible. Por eso, deberías estar acá para desmentir esta versión que te hace
más daño. Sin embargo, nada te importa. Estás tan lejos no solo en referencia a
la distancia entre el Perú y España, sino de nueva la realidad nacional.
Haciendo un recuento desde 1821 hasta
ahora, se trata de 53 gobiernos y 18 golpes de Estado. Todo empezó con el
golpista José
la Riva Agüero. Luego apareció Agustín Gamarra y
derrocó a José de La Mar. Felipe Santiago Salaverry a Manuel Salazar y
Baquíjano. Agustín Gamarra a José de La mar. Los hermanos Gutiérrez. Juan
Crisóstomo Torrico derrocó a Manuel Meléndez, Luis Miguel Sánchez Cerro a
Guillermo B. Leguía, Manuel A. Odria a José Luis Bustamante y Rivero, Francisco
Morales Bemúdez a Juan Velasco Alvarado. Sin olvidar la aventura de Antauro
Humala que al mando de 150 reservistas exigió la renuncia de Toledo.
En 200 años de vida republicana debido a
los golpes de Estado, el Perú no ha podido vencer a la pobreza, el
analfabetismo, enfermedades endémicas y violencia social. No ha tenido ni tiene
un proyecto histórico para 50 años. Es un barco a la deriva. Una sociedad
escindida carente de una clase política capaz de gobernar con sentido humano y
nacionalista. No tiene un centro superior de personas preparadas para la
administración del Estado. Las universidades mediocres y mercantilistas son
fábricas de títulos y nada más
Como sabes Mario, por las leyes
dialécticas inherentes a la historia, tiene que haber cambios sociales
sustantivos sino es ahora, será después. Se trata del curso de los hechos que
no se pueden detener. No hay otra alternativa. Hemos llegado a un punto en que
el Perú recupera la dignidad humana o seremos más pobre de lo que somos. Será
preciso además afrontar las consecuencias de la pandemia y la miseria.
Has tomado una posición en contra el
pueblo del Perú. Te has opuesto una vez más que ejerzamos nuestros derechos
sociales y estás en contra las grandes mayorías. Te opones a toda clase de
reivindicaciones históricas. Llamas a un golpe de Estado y no te acuerdas de lo
que escribiste en referencia a Manuel A. Odría y su ministro del interior en
“Conversación en el catedral”
Es una pena Mario, que los últimos años de tu vida termines como un apátrida,
un paria que no recordarán con respeto y gratitud las futuras generaciones. Un
renegado contra el país que te vio nacer. Un resentido respecto a una nación
milenaria con más 5,000 años de existencia, un escritor errante que
desgraciadamente perdió el cariño y calor humano de su pueblo. Un amargado
escritor que no llegó a ser presidente del Perú por lo que prefirió
nacionalizarse ciudadano español. Un marqués hispano tardío cuando se trata de
una especie de dinosaurios en extinción.
No sabes la inmensa pena me produce
escribir esta carta, por ser uno de los escritores peruanos que te ha dedicado
un libro de contraensayo.
Lunes 3 de mayo
del 2021
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